Así lo aseguró la jefa del Grupo de Economía para el Desarrollo Humano en América Latina y el Caribe del Banco Mundial y coautora del estudio, Margaret Grosh, quien añadió que del total de latinoamericanos empujados a la pobreza dos millones y medio eran mexicanos.
Entre los tres millones de latinoamericanos que cayeron bajo el umbral de la pobreza, según el estudio denominado "Comprendiendo la Pobreza: Impacto de la Crisis Financiera Global en Latinoamérica y el Caribe", algunos lo hicieron como consecuencia directa de la depresión económica y la caída de los ingresos.
Un número importante, que "habrían salido de la pobreza porque sus países estaban creciendo antes" de 2008, no lo consiguieron porque la crisis terminó con esa dinámica positiva y no les permitió abandonar la miseria, afirmó Grosh.
"Es importante considerar esto, porque cuando aparecieron los primeros números de pobreza, la tendencia fue pensar 'ah¡, pues la situación no es tan mala'. Pero hubo muchos que podrían haber abandonado la pobreza y la oportunidad se perdió", aseguró.
En su opinión, el hecho de que el número de afectados fuera tan alto en México se debe a que el país "es grande, especialmente comparado con los pequeños países de Latinoamérica". Esto a pesar de que la economista también apunta a que la crisis fue "mucho más "severa" que las anteriores, lo que produjo una "contracción económica más aguda".
Igual perdieron
Grosh también observó durante la elaboración del estudio que en la mayoría de las naciones el mayor impacto de la crisis estuvo entre las personas que mantuvieron sus empleos, quienes perdieron entre el 10 y el 15% de sus ingresos.
El estudio, basado en datos procedentes de encuestas nacionales de los países latinoamericanos y del Caribe, muestra una preocupación especial por uno de los sectores más sensibles en las sociedades de la región: los trabajadores irregulares siempre más afectados en situaciones de crisis.
El efecto sobre la pobreza en América Latina fue especialmente sensible, en opinión de Grosh, porque "es particularmente desigual, por lo que existe una preocupación especial con la pobreza y la distribución de los ingresos porque las familias más pobres, simplemente, no pueden permitirse la caída de sus rentas".
Sin embargo, resaltó la importancia de marcar las diferencias entre los países de la región, ya que mientras algunos veían frenado su crecimiento, otros "como Perú y Colombia han estado creciendo bien" por lo que no han tenido un incremento en el número de pobres. "El impacto fue muy diferente de un país a otro", aseguró la especialista.
No fue la peor
Pese a los datos de América Latina y su particular sensibilidad ante un potencial aumento de la pobreza, Grosh destacó que no es la región más afectada por la crisis, sino que se ubicó detrás de las dos grandes damnificadas: Europa Oriental y Asia Central.
Ese perjuicio se debió en gran parte "a los modelos de comercio y los socios comerciales" de Latinoamérica. El segundo ítem afectó especialmente a México, ya que gran parte de los socios comerciales del país son estadounidenses, donde la crisis tuvo un impacto directo.
En opinión de Grosh, la década de los 2000 "fue una maravillosa oportunidad para reducir la pobreza".
"La cuestión ahora es cuanto más van a invertir los gobiernos en políticas de protección social -para prevenir la pobreza-. Eso es algo que será un reto mayor en los próximos cinco años que en los diez anteriores", concluyó la experta del Banco Mundial.