El presidente uruguayo, José Mujica, ordenó retirar la custodia policial a los partidos que se jueguen en el estadio del club Nacional y en el Centenario, lo que puede derivar en una inmediata paralización del fútbol como consecuencia de los disturbios registrados el miércoles.
El anuncio oficial es la respuesta a los violentos incidentes registrados tras el partido de Copa Libertadores que el Newell's Old Boys argentino ganó por 4-2 al Nacional, de decepcionante campaña en el torneo.
Cuarenta seguidores radicales del Nacional fueron detenidos y 13 policías resultaron heridos, al tiempo que serios destrozos se registraron en varios graderíos y sectores aledaños del estadio Centenario, donde juega sus partidos el Peñarol, el otro equipo de gran popularidad en el país.
El subsecretario del Ministerio del Interior, Jorge Vázquez, explicó que la policía no acudirá más a los partidos que se jueguen en esos estadios, lo que podría implicar la paralización total del fútbol uruguayo, ya que el Centenario es el campo donde Peñarol, el otro grande del fútbol local junto a Nacional, juega sus partidos.
Mujica debe reunirse este viernes con el presidente de la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF), Sebastián Bauzá, y directivos de Nacional y Peñarol.
"Es muy probable que los espectáculos no se puedan realizar, al menos hasta que los que tengan responsabilidad no den una respuesta que ya a esta altura se tendría que haber dado. Hemos hablado con todo el mundo y no se ha dado", dijo Vázquez al noticiero Subrayado.
Los seguidores de Nacional y Newell's Old Boys mantienen una vieja rivalidad y durante el partido de ida de la fase de grupos de la Libertadores jugado el pasado mes en Rosario también se registraron enfrentamientos.
Para evitar este miércoles incidentes entre ultras de ambos equipos la policía escoltó hasta la periferia de Montevideo a los autobuses que trasladaron a unos 3.000 seguidores del Newell's, que al finalizar el partido regresaron a su país.