Cómo impacta la información sobre los suicidios en la sociedad

El tratamiento de un tema complejo y doloroso necesita de algunas normas éticas para evitar conductas imitativas. ¿Es posible prevenirlo? Los casos famosos y la opinión de los especialistas

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El tratamiento de la información sobre los suicidios siempre queda envuelto en la polémica de cara a qué y cómo comunicarlo a la población. Sin duda se trata de un tema sensible y que repercute con un fuerte impacto en la sociedad y que necesita de parte de todos los eslabones que participan de la cadena informativa un abordaje responsable.

Aún hoy en plena era de sobreabundancia y democratización informativa a través de los medios tradicionales y las redes sociales, en los manuales de estilo de los grandes pediódicos del mundo aún persiste la contraindicación de publicar información sobre suicidios dirigida hacia el gran público para no desatar una especie de "efecto contagio" en la población.

Entre los psiquiatras la idea no es tan terminante. Ellos creen que la gente tiene el derecho a saber y a estar informada con precisión pero sin ahondar en los detalles íntimos de los diferentes métodos y técnicas de suicidios existentes para evitar  ideas y fantasías al respecto.

El tema se pone más espeso cuando se trata de personas famosas: porque el impacto de la noticia es aún mayor y el interés de la población por los detalles de la misma también.

En diálogo con Infobae, el médico psicoanalista Andrés Rascovsky, ex presidente de la Asociación Psicoanalítica Argentina y ex becario del Centro de Investigación sobre Suicidios en Los Ángeles, California  indicó: "En algunos casos, una persona puede tomar la decisión de suicidarse si existe una transmisión generacional educativa, es decir, que una generación le transmita a otra ciertas experiencias traumáticas que ha vivido, lo que desde la infancia puede crear la internalización de la culpa".

"Hay factores que se generan en la infancia y otros en la adolescencia, pero que en la adultez pueden ser un factor desencadenante. Los duelos, las carencias, los fracasos o los sentimientos de culpa que provienen de distintas etapas y que se acumulan a lo largo de la vida pueden ir generando una predisposición. Son muchos los factores que influyen en una determinación como ésta y siempre habrá un factor desencadenante, pero las raíces más profundas seguramente siempre están en otras escenas que se pueden rastrear en un proceso psicoanalítico", sostuvo el doctor Rascovsky.

Conductas imitativas

La polémica sobre el tema de los suicidios gira también alrededor de que existen investigaciones con entidad científica que determinaron que una cobertura repetitiva y continua tiende a promover conductas imitativas.

Al respecto María Matilde Massa, titular de la Dirección Nacional de Salud Mental y Adicciones, del Ministerio de Salud de la Nación, explicó : "Si bien con frecuencia este tema es de interés periodístico y los medios de comunicación tienen derecho a informar al respecto, es importante tener en cuenta que existe evidencia suficiente para sugerir que la reproducción del hecho genera un impacto sensible con tendencia a la imitación, preferentemente entre la gente joven".

"El suicidio es un hecho muy doloroso, que tiene un aspecto privado y otro social. El aspecto privado alude al derecho a la intimidad y el respeto a la situación que vive el grupo familiar y de referencia", expresó la funcionaria. Por eso, invitamos a todos los medios de comunicación y a la población en general a reflexionar sobre el tratamiento que le damos a la información que se construye alrededor de problemáticas tan complejas centradas en la muerte de una persona", agregó Massa.

Estadísticas y famosos

En la Argentina como en el resto del mundo el suicidio se constituye como una de las principales problemáticas epidemiológicas de salud mental, por lo que requiere la atención de todos los actores de una sociedad, ya que su prevención y control no son sencillos.

Diversos estudios internacionales del año 2000 que fueron recopilados por el Departamento de Salud Mental y Toxicomanías de la Organización Mundial de la Salud (OMS) demostraron que en la prensa escrita, las historias altamente publicitadas parecen tener el mayor impacto en la población vulnerable.

Sobre la comunicación del suicidio de una persona famosa, Massa señaló:  "Es fundamental evitar la cobertura sensacionalista, particularmente cuando involucra a una persona con altos niveles de popularidad, a miembros de su familia o allegados. Es importante no reproducir las fotografías de la víctima, no informar sobre el método empleado y sus detalles, y la escena del suicidio para evitar comportamientos imitativos, ya que investigaciones han demostrado que la cobertura por parte de los medios de comunicación tiene mayor impacto sobre el método de suicidio adoptado que la misma frecuencia con que estos ocurren.

Si bien es posible la prevención, las respuestas son complejas e involucran actividades que van desde la provisión de las mejores condiciones posibles para la educación de jóvenes y niños, el tratamiento eficaz de trastornos mentales, y el control medioambiental de los factores de riesgo. Dentro de ese marco, la difusión apropiada de información y una campaña de sensibilización son elementos esenciales para el éxito de los programas de prevención.

Información responsable

En un documento elaborado como parte del Suicide Prevention (SUPRE), otra iniciativa global de la OMS, se detallan algunos puntos a tener en cuenta a la hora de comunicar un hecho de esta naturaleza.

Si se está informando sobre el suicidio en general, deben usarse fuentes auténticas y confiables; mencionar estadísticas que deberán interpretarse cuidadosa y correctamente; los comentarios espontáneos deberán manejarse con cuidado a pesar de las presiones por tiempo, y tener mucho cuidado con las generalizaciones basadas en cifras pequeñas y las expresiones como "epidemia de suicidios" y "el lugar con mayor tasa de suicidios en el mundo". Tampoco se debe informar el comportamiento suicida como una respuesta entendible a los cambios o la degradación social o cultural.

Los titulares en primera página nunca son la ubicación ideal para informar sobre un suicidio y la información acerca del suicidio como algo inexplicable o simplista tampoco es apropiada porque nunca es el resultado de un solo factor o hecho.

El suicidio no deberá describirse como un método para enfrentar problemas personales tales como bancarrota, incapacidad de aprobar un examen o abuso sexual y los informes deberán tener en cuenta el impacto sobre las familias y otros sobrevivientes en términos del estigma y el sufrimiento psicológico.

Es contraproducente glorificar a las víctimas de suicidio como mártires y objetos de adulación pública porque puede sugerir, a las personas vulnerables, que la sociedad honra el comportamiento suicida. Lo correcto es poner el énfasis en lamentar la muerte de la persona o describir las consecuencias físicas de los intentos de suicidio para que actúen como elemento de disuasión.

Señales de alerta

Agrega el doctor Rascovsky:   "Hay dos problemáticas centrales alrededor del suicidio: las heridas a la autoestima y los sentimientos de culpa. Habitualmente hay entre 3 y 5 veces más suicidios que homicidios. En el mundo, un millón de personas por año se quitan la vida y, en su mayoría son adolescentes, ya que muchos transcurren esa etapa de la vida con períodos de fantasías suicidas".

Finalmente, la psicoanalista Adriana Guraieb indicó que "en las vísperas de un suicidio estas personas presentan comportamientos diferentes a los habituales, como sensibilidad extrema, llantos inesperados, estados de angustia elevados, aislamiento, encierro, conversaciones reiteradas en torno al tema de quitarse la vida o apatía con respecto a sus intereses habituales".

"No aceptan la crisis que atraviesan, se trate de una pérdida, de una enfermedad terminal propia o de un ser muy amado, de un derrumbe económico: se les hace impensable vivir de otra manera y, por más bellos, sonrientes, exitosos y divertidos que se muestren en el exterior, tienen estructuras muy débiles. Son frágiles, carecen de la posibilidad de enfrentar la adversidad. Tienen instalada una profunda depresión, una gran desesperanza y una carencia de sentido del seguir en el mundo", finalizó Guraieb.


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