"La Carta Democrática Interamericana es un instrumento que se invoca para prevenir o corregir la alteración del orden democrático, o restaurarlo cuando se interrumpe. En Venezuela se ha alterado dramáticamente el orden democrático. Por eso queremos decir que es la hora de que los órganos políticos de la Organización de Estados Americanos (OEA) cumplan su deber. No estamos pidiendo un favor, estamos exigiendo que cumplan su deber", dijo María Corina Machado en la rueda de prensa que brindó desde la sede del OEA, en Washington.
A su lado estaba Arturo Ulises Vallarino, el representante de Panamá ante la organización, quien le cedió el espacio para que pudiera expresar su visión de lo que ocurre en Venezuela.
Previamente, Machado había atravesado una doble censura, impulsada por la presión del gobierno de Nicolás Maduro sobre sus socios regionales. En primer lugar, por 22 votos a favor, 11 en contra y una abstención, el Consejo Permanente decidió que la cesión sea cerrada a los medios y a la ciudadanía. Luego, por 22 votos a favor, 3 en contra y 9 abstenciones, determinó que la crisis en Venezuela sea excluida de la agenda de temas a discutir.
Pero gracias al apoyo de Panamá, la diputada opositora pudo al menos brindar una conferencia de prensa en la que transmitió a todo el mundo el pedido concreto que tenía para hacer a los países miembros de la organización.
Machado acompañada por el estudiante Carlos Vargas y Rosa Orozco, madre Geraldine Moreno, estudiante fallecida durante las protestas
"Cuando la Carta Democrática Interamericana fue firmada por los países de la OEA el 11 de septiembre de 2001, los países asumieron un compromiso colectivo de defensa de la democracia. A partir de ese momento, la democracia dejó de ser una decisión libre de cada país, sino que hay una responsabilidad colectiva interamericana de promover y defender la democracia", comenzó Machado.
"Por eso -prosiguió- queremos pedir tres cosas concretas. La primera es la aplicación de la Carta y la convocatoria a una reunión del Consejo Permanente y de los cancilleres para conocer a fondo la crisis democrática en Venezuela. Segundo, una resolución de la OEA condenando la existencia de presos políticos, pidiendo el cese de la represión de manera inmediata y el derecho a la libertad de expresión, a la protesta y a la huelga. Finalmente, debe haber una misión de la OEA, una misión de observación política, que vaya a Venezuela, integrada por demócratas de incuestionable trayectoria, como es el caso del ex presidente de Costa Rica y premio Nobel de la Paz, Oscar Arias".
"Algunos gobiernos apelan a la no injerencia a los efectos de impedir que haya denuncias, mensajes de apoyo y límites, pero eso es exactamente lo que hicieron las dictaduras del Siglo XX: apelar a la no injerencia para poder seguir reprimiendo", agregó.
Antes de comunicar la presentación que quería hacer ante el Consejo Permanente, Machado había dedicado la primera parte de la conferencia a trazar un cuadro de situación de la crisis que atraviesa su nación.
El video llevado por Machado a la OEA para probar la brutal represión en Venezuela
"Venezuela está sumergida en la peor crisis económica y social de nuestra historia contemporánea. No voy a entrar en detalles de lo que significa una obscena escasez, la inflación más alta del mundo, el caos de la salud, el empleo precario, índices de violencia de un país en guerra, una impunidad superior al 96% en homicidios, y un gobierno corrupto, de espaldas a los ciudadanos", dijo.
"Los estudiantes hicieron un llamado a la población y los venezolanos salimos a la calle -continuó-, y ha ido creciendo un movimiento cívico y ciudadano sin precedentes en nuestra historia. Un movimiento cívico y pacífico que es irreversible, y que no podrán detener. Hoy en las calles de Venezuela están madres de la mano de estudiantes, obreros, campesinos, jóvenes y ancianos, ricos y pobres, civiles y militares, clamando no sólo por la solución de los problemas más cruciales, sino que trascendió a la lucha por valores existenciales. Se trata de la dignidad humana, de la soberanía nacional, y de la libertad".
"La reacción del señor Maduro fue una represión brutal, despiadada, incluso peor a la de los procesos represivos que vivimos los venezolanos durante las dictaduras del siglo XX. Una represión ordenada desde la silla de Miraflores, en cadena nacional, por televisión y a plena luz del día, utilizando órganos de seguridad del estado civiles y militares, y amparándose en un brazo represor paramilitar, que son los llamados colectivos del terror", agregó.
También insistió sobre el intento del gobierno venezolano por impedir que ella pudiera hablar ante la OEA. "Por oponerme a las prácticas cada vez más totalitarias del régimen venezolano he sido perseguida y amenazada. En los últimos días, tan pronto se conoció que vendría aquí a hablar en la OEA, se procedió a iniciar un proceso de allanamiento de mi inmunidad parlamentaria, y se me está acusando de terrorismo y asesinato. Simplemente les informo que no existen ni investigación ni culpables al día de hoy sobre estos incidentes".
Una imagen recurrente: cada vez más personas se animan a salir a la calle a protestar
"De modo que -continuó-, al tratar de impedir que la voz del pueblo de Venezuela se conozca y no sea sólo la versión del régimen, se produce una confesión de su parte en cuanto a la gravedad de lo que ocurre, su culpabilidad, responsabilidad y su miedo y desesperación ante el enorme movimiento cívico que tiene lugar en Venezuela".
Además, transmitió su agradecimiento a Panamá por haberle cedido el espacio. "En nombre de todos los venezolanos
, al gobierno del presidente
y, muy especialmente, al
. Nunca jamás olvidará el pueblo de Venezuela lo que ha sido este gesto valiente, noble y solidario".