"La empresa estatal rusa Gazprom depende en un 50 por ciento de Europa", disparó el primer ministro británico. Según David Cameron, Moscú tiene "un comportamiento de la Europa del siglo pasado".
Durante la cumbre, los líderes de la Unión Europea acordaron acelerar la reducción de su dependencia energética, especialmente de Rusia, después de la secesión de la península ucraniana de Crimea y su anexión a la Federación Rusa.
Los jefes de Estado y de Gobierno de la UE "pidieron a la Comisión Europea un plan de acción concreto para el mes de junio", declaró el presidente del Consejo, Herman Van Rompuy, en la rueda de prensa final. "Para 2035, seremos dependientes [de las importaciones] respecto del 80% del petróleo y del gas", alertó. Casi una cuarta parte del gas consumido por la Unión Europea (UE) proviene actualmente de Rusia, una cifra a la baja con respecto a principios de los años 2000.
"Europa tiene que acelerar esa cadencia para reducir la dependencia", declaró el presidente del Consejo. "Tenemos que avanzar hacia una unión energética", 64 años después del nacimiento de la Comunidad Europea del Carbón y del Acero (CECA), antecesora de la UE, añadió.
El plan debería incluir medidas como la reducción del consumo, la diversificación de las fuentes, el desarrollo de energías renovables y mejores interconexiones en Europa y, en particular, en la península ibérica, así como con terceros países.
Los mandatarios señalaron que la prioridad era tener este año el marco de un mercado energético interno y desarrollar en 2015 proyectos de interconexión para poner fin, antes de 2030, al aislamiento de algunos Estados miembros en relación con el gas y la electricidad europeos. El problema de estos proyectos es que requieren tiempo y mucha inversión, en época de crisis.
El presidente del gobierno español, Mariano Rajoy, impulsó en esta cumbre el proyecto del gasoducto Midcat, que unirá el Magreb con Francia pasando por Cataluña y cuya realización fue recientemente aplazada. "Para el gobierno español lo importante era el compromiso firme de las interconexiones", indicó Rajoy en una rueda de prensa, en la que explicó que "se acelerará el uso de fondos europeos para financiar infraestructuras".
España, recordó Rajoy, produce más del doble de la energía que consume pero, a falta de interconexión, no la puede vender a otros países.
Para un puñado de miembros del bloque -Finlandia, Polonia, Hungría, Eslovaquia, Bulgaria y las repúblicas bálticas-, el gigante público ruso -que exporta el 53% de su gas a la UE- es virtualmente el único proveedor.
Los más vulnerables son los países bálticos, Lituania, Letonia y Estonia. Aunque son miembros de la UE desde 2004, su infraestructura de gas natural es una herencia de la era soviética, cuando la región era abastecida en su totalidad por el monopolio estatal, y no tienen ningún gasoducto que los conecte con el resto de la UE.
Estos países temen que una escalada de las sanciones en la pugna que mantienen Rusia y la UE tras la anexión de Crimea les provoque interrupciones del suministro.