Cuatro princesas secuestradas piden auxilio desde Arabia Saudita

La historia de las hijas del rey Abdalá Ben Abdelaziz parece sacado de un cuento de fantástico. A partir de una denuncia de su madre en medios británicos, la vida detrás de los muros reales vio la luz

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Sahar, de 42 años, y Jawaher, de 38, son dos de las cuatro hijas del rey saudí Abdalá Ben Abdelaziz que la última semana denunciaron a través de medios británicos estar "secuestradas" junto a sus otras hermanas dentro de los altos muros del palacio real.

Fue su madre, Alanoud Alfayez, de 57 años y divorciada de Abdalá desde 1984, quien llevó primero el caso a los medios en Gran Bretaña, donde reside desde hace años. A partir de eso, la periodista del Sunday Times Hala Jaber ha contactado a las princesas y les ha realizado un reportaje vía Facebook.

De acuerdo con dicho artículo, a pesar de tener acceso a internet, ninguna de las hijas del rey tiene permitido abandonar el palacio real, sino es acompañada por alguno de sus hermanos varones o bajo estricta vigilancia de la seguridad de su padre, e incluso en esas condiciones, sólo tienen permitido salir a hacer las compras.

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Así era al menos hasta el martes, cuando en un artículo publicado por el diario español El País, se reprodujo la denuncia de Sahar, una de las jóvenes encerradas.

"Necesitamos comprar comida, y el inhalador para el asma de mi hermana Jawaher, (pero) nos han dicho que no hay instrucciones de dejarnos salir. ¿Pretenden matarnos de hambre?", declaró la joven.

Aunque la prohibición es nueva y puede estar relacionada con la difusión de su situación en los medios internacionales, las cuatro princesas saudíes están acostumbradas al encierro: su padre las mantiene bajo "arresto domiciliario" desde el año 2001.

Según El País, las mujeres tuvieron una infancia y adolescencia "feliz y occidentalizada": llegaron a estudiar en la universidad entre viajes a Europa para visitar a su madre. Pero poco a poco, y sin una aparente razón a la vista, la situación se fue modificando hasta el encierro que denuncian hoy.

Su madre no sólo ha difundido la situación a través de los medios ingleses. Esta semana escribió una carta a la Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, aunque todavía espera la respuesta.

Aunque el caso escandaliza a occidente, en Arabia Saudita, la mayoría de las mujeres están acostumbradas a la discriminación sistemática y a la vulneración de sus derechos.

Según

, "

todas las niñas y mujeres tienen prohibido viajar, realizar gestiones oficiales e incluso someterse a ciertas intervenciones

quirúrgicas sin el permiso del hombre que tiene su tutela", sea el padre, el marido o el hermano.

Tampoco tienen permitido casarse

sin su consentimiento, ni tienen derecho a pedir el divorcio y a menudo son discriminadas en la custodia de los hijos.

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