Cristina Kirchner y el papa Francisco estuvieron reunidos durante más de dos horas a solas en la residencia de Santa Marta. Compartieron un almuerzo y luego, junto a otros funcionarios argentinos, participaron de un encuentro protocolar.
El Pontífice tuvo el gesto de esperar a la jefa de Estado en el acceso de la residencia y de acompañarla cuando se retiraba. Tras el encuentro, la mandataria partió hacia Francia, donde se reunirá con el presidente François Hollande y participará del Salón del Libro. Aún no hubo repercusiones oficiales de la reunión en el Vaticano.
En un breve comunicado, el Vaticano informó que el objetivo de la visita de Cristina Kirchner fue "ofrecer los mejores deseos y sentimientos de afecto" del pueblo argentino al Sumo Pontífice. En un primer instante el Papa se reunió con toda la delegación argentina, calificada de "numerosa" por el Vaticano. Y luego almorzó a solas con la jefa de Estado.
Diez minutos después de lo pautado, a las 13:10 de Roma, la Presidente llegó a la residencia de Santa Marta para reunirse con Francisco. El pontífice le dio la bienvenida en la puerta. Antes habían ingresado otros integrantes de la delegación del Gobierno, entre ellos, el canciller Héctor Timerman y el secretario de Culto, Guillermo Olivieri. A las 12, hora de la argentina, los líderes se despidieron y la comitiva argentina partió hacia Ciampino.
La jefa de Estado llegó con una bota en su pie izquierdo. Según respondió la propia dirigente ante la consulta de los periodistas acreditados, sufrió un esguince anoche en el hotel. Cristina Kirchner y Francisco se saludaron para las fotos de rigor e ingresaron a la residencia.
En primer término, Cristina Kirchner y Francisco intercambiaron regalos. Luego, el Papa y la Presidente pasaron a una sala privada para mantener un almuerzo a solas durante casi dos horas. A metros de allí esperaron Olivieri, Timerman y el embajador ante la Santa Sede, Juan Pablo Cafiero.
El año pasado Cristina Kirchner había visitado a Francisco durante los actos por su asunción. Luego se vieron las caras en junio, durante la Jornada de la Juventud, en Río de Janeiro. Está previsto que el santo padre visite la Argentina recién en 2016.