El avance del narcotráfico en la Argentina se convirtió desde hace meses en un tema central que se potencia con cada episodio delictivo en el que el conflicto está directamente vinculado a la comercialización y el consumo de estupefacientes.
El responsable de la Secretaría de Programación para la Prevención de la Drogadicción y la lucha contra el Narcotráfico (Sedronar) había considerado la semana pasada que "los pibes se falopean y en las previas chupan como esponja", pero señaló que la problemática de las drogas estaba "sobrevalorada" por el efecto mediático que provocaban no sólo los canales de noticias sino el éxito de la serie sobre la vida de Pablo Escobar, que había convertido a todos en "especialistas" del tema.
En esta ocasión, el padre Molina reiteró sus conceptos y volvió a referirse a la figura del líder del cártel de Medellín. "Escobar fue un poco Robin Hood, el pueblo lo lloró porque ocupó el lugar del Estado: hizo hospitales, calles, le dio trabajo a la gente...", recordó, en declaraciones a Radio Del Plata.
"Lo hizo sobre la base del mal, de la droga y la delincuencia, eso es indiscutible, pero el pobre tenía para comer, tenía hospital... Ahí está la dicotomía. Esto es lo que no quiero que pase en la Argentina", apuntó el funcionario kirchnerista.
Para Molina, aunque en la Argentina "hay un Estado muy presente" se quiere "instalar el tema del narcotráfico". "Me parece bueno, la cuestión es cómo se usa: ahora narcotizamos todo", criticó el titular de la Sedronar. "Lo de la droga está puesto (en los medios) por las corporaciones para sacar otros temas", denunció.
La pelea contra los que comercializan los estupefacientes fue otro punto de análisis. "Está bien la lucha contra el narcotraficante (del estilo Escobar o "Chapo" Guzmán), pero, ¿qué hacemos con el que está vendiendo en el barrio?", cuestionó el sacerdote. "En esto hay que actuar rápidamente, no podemos tener una investigación que dura tres meses, porque el tipo se te va", reclamó.
En la lucha contra las adicciones, Molina tiene claro que para los jóvenes hay dos espacios críticos que propician el consumo: la denominada "previa" y los encuentros en las esquinas. "Una es más de clase media, se juntan antes de ir al boliche y se chupan todo; en la otra se juntan (en la calle), salen el vino y la cerveza y ya salen pasados. Ese es un tema para atacar", indicó.
Uno de los recursos para combatirlo –entiende el cura- es "la militancia". "Cristina Kirchner me dijo 'meté a los pibes a trabajar en la Sedronar, porque los jóvenes sacan a los jóvenes'. Y eso es así", contó el funcionario. "Hay madres que me comentaron: 'desde que mi hijo milita, no sale más los viernes, no chupa'. Por eso ya hemos hecho reuniones con el PRO, con Los Irrompibles de la UCR y se van a sumar Democracia Cristiana y Miles", adelantó.