Los colombianos eligieron este domingo a sus representantes en el Congreso en un escenario particular: el diálogo de paz con las FARC en el que se plantea la participación política de los guerrilleros tanto en el ámbito legislativo, como el regional e incluso el nacional. Por el momento, el acuerdo no está aprobado de manera definitiva y, por eso, no hay candidatos de la guerrilla, que mira a las elecciones locales de 2015. Sin embargo, eso no resta el protagonismo de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia en el proceso electoral.
El Congreso cumplirá un rol clave en la aprobación del acuerdo definitivo entre el gobierno de Juan Manuel Santos y las FARC. Su composición es la que hoy está en juego. Dentro del espectro político colombiano, hay dos posturas bien diferencias. Por un lado, la de Santos, a favor de continuar con las conversaciones en La Habana. Por el otro lado, la del ex mandatario y candidato a senador Álvaro Uribe, quien exige que no se deje de condenar a los guerrilleros, que cargan sobre sus espaldas atentados y asesinatos.
De acuerdo con la revista Semana, hay otro motivo por el que estas elecciones tampoco le serán indiferentes a las FARC. La Defensoría del Pueblo, en su mapa de riesgos electorales, advirtió que las FARC siguen siendo una fuente de riesgo de alteración del orden público en las elecciones específicamente en 181 municipios. En departamentos como Caquetá, Putumayo, Huila, Cauca y Nariño, la interferencia de la guerrilla en el proceso electoral se manifiesta con amenazas a simpatizantes y candidatos de movimientos políticos, así como intimidaciones contra concejales y activistas de partidos contrarios.
La Fundación Paz y Reconciliación, liderada por León Valencia, realizó una investigación en la que 131 de los actuales candidatos al Senado y a la Cámara de Representantes son cuestionados por sus relaciones, directas o indirectas, con grupos ilegales. En ese informe, sólo hay referencias sobre dos candidatos a la Cámara con presuntos nexos con las FARC. Hernando Posso Parales y José Francisco Vargas Díaz, ambos del Partido de La U y que se disputan las curules del departamento de Arauca.
Pero también hay políticos de ideología afín a las FARC. Si bien Marcha Patriótica, señalada como cercana a la guerrilla decidió no participar de los comicios argumentando falta de garantías hacia sus candidatos, algunos líderes cercanos e identificados con el movimiento lograron tener aval en la Alianza Verde, el partido que logró conformar la llamada lista de candidatos para la paz, que agrupó a las diferentes tendencias de izquierda.