Serguei Mironov, de Rusia Justa, partido leal al Kremlin, confirmó la fecha. "Prometemos que vamos a adoptar todas las resoluciones necesarias en el menor tiempo posible en caso de que el referéndum del 16 de marzo en Crimea vote a favor del ingreso", dijo Mironov. La ley no significa, sin embargo, la adhesión, sino que constituye uno de los requisitos para ello, aclaró.
Controlado por los pro rusos, el Parlamento de Crimea pidió, el jueves, a Vladimir Putin la incorporación de la península ucraniana del mar Negro a Rusia y anunció la convocatoria de un referéndum para el 16 de marzo para ratificarla.
Los electores podrán elegir entre una incorporación a Rusia o una autonomía reforzada.
Ucrania suspendió el referendo y anunció que disolverá el Parlamento de Crimea. El gobierno interino de Kiev calificó como un "crimen" la consulta sobre la anexión a Rusia y explicó que la cuestión de cambiar las fronteras del país, según la Constitución, sólo puede examinarse a nivel nacional, por lo que "la celebración de un referéndum local crimeo no es posible". Europeos y estadounidenses también condenaron esta decisión y anunciaron nuevas sanciones diplomáticas contra Moscú.
Crimea: una historia marcada por los conflictos
Desde principios del siglo XX, la península de Crimea es objeto de disputa entre Rusia y Ucrania. Empezó a formar parte de lo que entonces era el Imperio Ruso en 1783, luego de que las tropas del zar derrotaran a los tártaros, pertenecientes al Imperio Otomano, los anteriores ocupantes.
Hace siglos que la península es objeto de disputa
Tras la revolución rusa de 1917, Ucrania se convirtió en una de las Repúblicas Socialistas que conformaron la Unión Soviética (URSS). Crimea pasó a ser una República Autónoma dentro de la unión de países.
Pero en 1954, Nikita Kruschev -por impulso del fallecido Stalin- concretó la expulsión de los tártaros de Crimea por haber colaborado con el nazismo en la Segunda Guerra Mundial. Desde entonces, dejó de tener el estatus de república y pasó a formar parte de Ucrania.
Con la disolución de la URSS en 1991 y la declaración de la independencia de Ucrania, la península volvió a convertirse en un botín de guerra entre el nuevo Estado y Rusia.
En 1992 el Soviet Supremo ruso anuló el tratado por el cual Crimea se incorporaba a Ucrania y la volvió a declarar república autónoma. De todos modos, Ucrania logró mantenerla dentro de su territorio, aunque como una región con considerable autonomía. Desde entonces empezaron a sucederse los intentos secesionistas, pero todos fueron derrotados por el gobierno central.
No se sabe si Moscú se conformará con la península o si irá por más
Si el conflicto por Crimea entre Rusia y Ucrania no había estallado hasta este momento fue porque desde 1991 la mayor parte de los presidentes ucranianos tuvieron una postura pro rusa. Y los que no, como Víktor Yúshchenko, líder de la Revolución Naranja y mandatario entre 2005 y 2010, no habían llegado demasiado lejos en la intención de cortar el cordón umbilical con Moscú.
Pero las masivas movilizaciones que comenzaron en Kiev a fines de 2013 contra la decisión del presidente Yanukovich de rechazar un acuerdo de asociación con la Unión Europea provocaron un inédito despertar europeista en la mitad occidental del país, donde los rusos fueron siempre minoría.
La crisis desatada desde entonces ha hecho que las fichas se movieran con extrema velocidad, tanto en la diplomacia como en el campo. El regreso de Crimea a la órbita rusa parece ser un hecho. Lo que no se sabe es si Moscú se conformará con la península o si irá por el sector oriental y rusoparlante de Ucrania.