Sin lograr acuerdo sobre el narcotráfico, Colombia y FARC se lanzan acusaciones

El ciclo sobre el tercer punto de la agenda se extiende más de lo deseado. La guerrilla, que se financia por el tráfico de drogas, no quiere ceder. Ahora, además, pide la cabeza del ministro de Defensa de Santos

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 AFP 163
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Representantes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia y del Gobierno cerraron, el jueves, una ronda de conversaciones sin llegar a un acuerdo e intercambiaron advertencias por el tono elevado de las declaraciones, que ambas partes consideraron inapropiadas.

Las FARC arremetieron contra el ministro de Defensa, Juan Carlos Pinzón, acusándolo de ser partícipe de actos de corrupción y favorecer negociados de proveedores de la dependencia. "En un gobierno decente, sin duda, un funcionario de esta calaña ya habría sido despedido del cargo", aseguró Iván Márquez, principal negociador de la guerrilla. Las FARC no ofrecieron pruebas de sus acusaciones contra Pinzón, quien rápidamente negó las denuncias.

"En vez de crear un ambiente favorable para la paz, las FARC, con su lenguaje desmedido, están minando la confianza y creando obstáculos para el buen suceso y trabajo de la mesa de conversaciones", dijo el jefe de la parte gubernamental, Humberto de la Calle.

Según De la Calle, es inaceptable que los guerrilleros se conviertan en "jueces de las instituciones".

"Es inaceptable que los guerrilleros se conviertan en jueces de las instituciones"

La polémica marcó el fin de la XXI ronda de conversaciones entre representantes del gobierno del presidente Juan Manuel Santos y las FARC, la guerrilla más importante de la nación sudamericana. Las delegaciones mantendrán uno de sus usuales recesos hasta el 20 de marzo.

Ninguna de las dos delegaciones hizo comentarios sobre cuánto se avanzó en los acuerdos del punto de la agenda que está en discusión: el combate a los cultivos ilegales y el tráfico de drogas.

Presentes en Cuba desde fines de 2012, las partes sostienen la mesa sobre una agenda previamente acordada de seis puntos, de los cuales ya avanzaron en dos: la participación política y los problemas agrarios.

Noruega, Cuba, Chile y Venezuela son patrocinadores de las conversaciones que, de llegar a buen término, podrían desactivar cinco décadas de conflicto armado en Colombia.

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