El juicio que pesa sobre varios periodistas de la cadena satelital qatarí Al Jazeera -entre ellos, cuatro extranjeros- por presuntamente apoyar a los Hermanos Musulmanes, se reanudó el miércoles en Egipto en medio de denuncias de los acusados sobre maltratos durante su detención.
"He sido torturado por la seguridad de Estado"
El periodista australiano Peter Greste, el egipcio-canadiense Mohamed Fadel Fahmy y el egipcio Baher Mohamed, detenidos en diciembre en un hotel de El Cairo, aparecieron en la cabina de los acusados junto a otras tres personas. Todos vestían la tradicional túnica blanca de los prisioneros.
Desde allí, Soheib Said se quejó de "haber sido torturado por la seguridad de Estado" y habló de "torturas físicas y presiones psicológicas".
"Pedimos al forense que nos examinase, pero nadie respondió", añadió.
"Mi espalda esta rota desde hace 10 semanas y duermo en el suelo" de la celda, afirmó por su parte Fahmy ante el tribunal. "Les pido que me liberen con la garantía de la embajada canadiense de que no abandonaré el país", apuntó.
En declaraciones a la AFP, su padre, Fadel Fahmy, denunció las "falsas acusaciones de pertenencia a los Hermanos Musulmanes" y apuntó que su hijo "fue uno de los primeros en participar en las manifestaciones del 30 de junio" contra la cofradía.
"La única acusación creíble es la de posesión de material de difusión sin autorización"
"La única acusación creíble es la de posesión de material de difusión sin autorización", dijo Ibrahim Abdel Wahab, uno de los abogados del periodista. Al Jazeera, por su parte, denuncia que las acusaciones son "infundadas".
La Fiscalía acusa a un total de 20 personas identificadas como "periodistas de Al Jazeera", si bien la cadena qatarí asegura que sólo nueve de los acusados son trabajadores suyos.
De los 20 encausados, 16 egipcios están acusados de pertenecer a la "organización terrorista" Los Hermanos Musulmanes, y cuatro extranjeros -dos británicos, un australiano y una holandesa-, de proporcionar "dinero, equipos e informaciones" para "difundir noticias falsas" sobre una supuesta "guerra civil en el país".
Pocas horas antes de la segunda audiencia de este juicio, Reporteros sin Fronteras (RSF) denunció "la continuación de la violación de las libertades fundamentales", a pesar de que la Constitución adoptada en enero "contiene ciertos avances más bien alentadores para la protección de la libertad de la información".
Desde hace ocho meses, policías y soldados reprimen sin miramientos a los seguidores del ex presidente islamista Mohamed Mursi, una represión que ha dejado al menos 1.400 muertos, según Amnistía Internacional.
A las autoridades de Egipto no les gustó la cobertura de los acontecimientos por parte de Al Jazeera, acusada de parcialidad a favor de los Hermanos Musulmanes, y cerró su filial egipcia, Al Jazeera Mubasher Misr.
Las relaciones entre Egipto y Qatar se han tensado porque El Cairo acusa a Doha de apoyar a los Hermanos Musulmanes, y el emirato del Golfo reprocha a las nuevas autoridades su violenta represión a las manifestaciones a favor de Mursi.
El juicio contra los periodistas es considerado una prueba de las intenciones de las nuevas del gobierno militar al mando del país desde el golpe de Estado, dirigido de facto por el Ejército; mientras numerosos militantes temen el retorno de un poder autoritario en Egipto ocho meses después de la destitución de Mohamed Mursi.