Luego de la
intensa volatilidad de precios que experimentó el dólar en todos sus segmentos
a partir de la instauración de restricciones cambiarias a fines de 2011, las
cotizaciones se movieron con tendencia bajista durante febrero: el dólar libre no
tenía un mes negativo desde noviembre de 2013, pero en el caso del dólar
oficial, el minorista no frenaba su continuo ascenso desde octubre de 2010, y
el mayorista, desde diciembre de aquel año.
Esta corrección es una lógica consecuencia de la devaluación del 18,7% del peso convalidada por el Banco Central en enero, que se replicó en un incremento del dólar oficial del 23 por ciento.
De esta forma, el dólar libre terminó el segundo mes del año a $11,25, con un retroceso de 11,1% desde los $12,65 con que cerró enero, aunque ganó 12% en el bimestre. El dólar minorista cedió 4,9% en el promedio de casas de cambio y bancos que releva el Banco Central, desde los $8,09 a los $7,96 de este viernes. El dólar mayorista, que es la referencia en las operaciones de comercio exterior, perdió 1,7% en el mes, para terminar en $7,875, luego de haber comenzado en 8,015 pesos.
El dólar "contado con liquidación", que se calcula en base a la compra de acciones o bonos en el mercado local, para venderlos en el exterior y hacerse de divisas, recortó un 13,8%, desde los $12,04 hasta los 10,38 pesos.
La autorización de ventas de dólares para ahorro desinfló la demanda del "blue"
Curiosamente, las
en el transcurso de febrero, cuando este indicador es uno de los que empujan al alza las cotizaciones de la divisa en todos sus segmentos. Con datos definitivos al 24 de febrero, los activos líquidos del Banco Central alcanzaban los u$s27.575 millones, con una merma de u$s167 millones contra el cierre de enero último y de u$s3.024 millones desde el último día de 2013.
En este sentido
hay que subrayar que el Gobierno frenó las autorizaciones de venta de divisas
para importadores, decisión que se reflejó en el escaso volumen operado en el mercado
mayorista o interbancario, reducido en febrero a la mitad del habitual y que
evitó que el Banco Central tuviera que desprenderse de más dólares. Incluso, la entidad monetaria finalizó varias jornadas con saldo neto comprador.
Entre las razones por las cuales disminuyó la tensión cambiaria hay que destacar la apertura parcial del llamado "cepo cambiario". En un mes de vigencia de operaciones para atesoramiento, entre el 27 de enero y el 27 de febrero, la AFIP informó que se vendieron u$s253 millones, un volumen de divisas que hubiera sido demandado al mercado paralelo de no existir la opción en la plaza formal. Estas transacciones, a un precio de dólar oficial más el 20% como anticipo del pago de Ganancias, significaron pérdida de reservas, aunque calmaron el escenario cambiario y forzaron una caída en el precio del dólar libre.
Además de la devaluación más profunda en los últimos 12 años, la entidad que preside Juan Carlos Fábrega impulsó un importante aumento de las tasas de interés de referencia, para acercarlas al 30%, según las licitaciones de Letras y Notas del Banco Central. Mientras que la entidad monetaria absorbió en el año unos $40.500 millones (un 11% de la base monetaria, aproximadamente) a través de este mecanismo, se retiraron pesos excedentes de la plaza financiera, que en una proporción se destinaban a la compra de dólares en el circuito "blue".
Al circular menos pesos y canalizarse parte de la demanda de dólares en el mercado formal, las ventas en "cuevas" y "arbolitos" se redujeron en forma notoria.
La inflación, que según estimaciones privadas acumula más de 10% en el trimestre diciembre-febrero, también contribuyó a vaciar los bolsillos de eventuales compradores de dólares y, en forma indirecta, enfriar el precio del "blue", que, vale recordar, hace poco menos de un mes (el 23 de enero) alcanzó un récord de 13,10 pesos. Así, la escalada de precios minoristas, que fue un detonante del ascenso del dólar libre en los últimos dos años, se volvió en las últimas semanas un dique de contención para la demanda, al menos en el cortísimo plazo.