La palabra del papa sobre la situación venezolana era muy esperada; no sólo por su condición de cabeza de la Iglesia mayoritaria en ese país, sino por tratarse del primer pontífice latinoamericano.
"Auspicio vivamente que cesen lo antes posible las violencias y las hostilidades -agregó el Papa- y que todo el pueblo venezolano, a partir de los responsables políticos e institucionales se aboquen a la tarea de favorecer la reconciliación a través del perdón recíproco y de un diálogo sincero y respetuoso de la verdad y de la justicia, capaz de afrontar los temas concretos para el bien común".
Al menos quince personas han muerto en Venezuela desde que se iniciaran las protestas opositoras hace dos semanas. La represión ejercida por el Gobierno de Nicolás Maduro contra los manifestantes ha dejado, además, decenas de heridos y detenidos.
La Iglesia venezolana ha tenido un papel fundamental en los intentos de diálogo. En un comunicado difundido por la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV), que responde a un pedido de mediación del líder opositor Henrique Capriles, los prelados advirtieron que "los estudiantes y el pueblo mismo tienen el derecho a la protesta acorde a lo establecido en la Constitución. Lo que siempre se ha de evitar es que la protesta degenere en actos de violencia".
La Iglesia criticó el uso de la fuerza para reprimir las manifestaciones: "En el cumplimiento de su función de preservar el orden público, las autoridades policiales y militares están obligadas a respetar los derechos humanos, y ante todo el derecho a la vida. Al confrontar protestas están obligadas a mantenerse estrictamente dentro del marco de la Constitución, las leyes y los acuerdos internacionales. Por eso, rechazamos rotundamente el empleo de la fuerza ejercida en algunas manifestaciones por parte de organismos de seguridad del Estado, que se han extralimitado y han producido consecuencias lamentables e irreparables".
"Los fallecidos o los heridos no pertenecen ni al gobierno ni a la oposición, sino a sus familias y al pueblo de Venezuela, sin distinciones ni colores. Oramos por los que han fallecido y por quienes han resultado heridos", decía también el comunicado.