El presidente de Ecuador, Rafael Correa, dijo el martes que habrá una "crisis de gabinete" en su gobierno porque pedirá la renuncia a sus ministros tras las elecciones del domingo, en las que el oficialismo perdió las alcaldías de las principales ciudades.
"Antes del 23 de febrero, independientemente de los resultados (de los comicios locales), creíamos que era necesario oxigenar el gabinete. Entonces va a haber una crisis de gabinete", manifestó el mandatario en declaraciones a la prensa en el puerto de Guayaquil (suroeste). Y agregó: "Mañana (miércoles) tengo reunión y pediré la renuncia a todo el gabinete".
Correa igualmente se justificó al decir que lo había "planificado antes de los resultados del 23 de febrero".
En las elecciones del domingo, la oposición conquistó las alcaldías de las mayores ciudades ecuatorianas, incluidas Quito y la andina Cuenca (sur), bastiones del oficialismo, según encuestas a boca de urna y los resultados oficiales parciales.
El mismo día, el jefe de Estado admitió el revés político de su movimiento Alianza País, el cual fundó para ganar el cargo en un ballotage en 2006.
Correa, cuyo período se extenderá hasta 2017, había acumulado siete victorias electorales consecutivas desde su llegada al poder, en enero de 2007. El año pasado fue reelegido en primera vuelta y logró mayoría legislativa.
El domingo, los ecuatorianos eligieron 221 alcaldes, 23 prefectos provinciales, 1.035 concejales municipales y 4.079 vocales de juntas rurales para un período que se extenderá hasta el 14 de mayo de 2019. Se espera que el cómputo oficial concluya en los próximos días.
Correa no logra endosar su popularidad
Aun cuando Alianza País lograra ratificarse como la principal fuerza política a nivel nacional, las derrotas en las tres principales ciudades, además de Manta (suroeste), el mayor puerto pesquero, mancillan la imagen de político invencible que había forjado el jefe de Estado.
Correa "no ha logrado endosar su popularidad al alcalde de Quito, y esta derrota demuestra que su movimiento no necesariamente se ha consolidado y que los ecuatorianos seguimos votando más por personas que por ideologías", dijo Daniel Montalvo, director del Centro de Estudios Globales de la Universidad San Francisco.
Con una popularidad superior a 60% y mayoría en el Congreso, el gobernante quiso posicionar la idea de que una derrota de su partido en Quito abriría un período de desestabilización política como en Venezuela, nación sacudida por protestas estudiantiles y de la oposición en las que ya se han registrado 11 muertos.
Más allá del resultado, los analistas creen que Correa hizo una apuesta arriesgada al convertir esta elección en un anticipado voto de confianza o censura en su gobierno, cuando todavía restan tres años para las presidenciales. El mandatario está inhabilitado por ley para presentarse para un nuevo período.