La policía sorprendió al narcotraficante más buscado del mundo en uno de sus confortables refugios, en el balneario de Mazatlán, Sinaloa. Al igual que en otras oportunidades, Guzmán estaba en una residencia de seguridad preparada para una huida apresurada.
No es la primera vez que "El Chapo", que tiene entre sus "hazañas" la famosa fuga de una cárcel de máxima seguridad en Jalisco, estaba en aprietos y con necesidad de utilizar pasadizos secretos para alejarse de la policía.
Según revelaron fuentes mexicanas, el lunes previo a su captura había sido rodeado en Culiacán. Pero la policía demoró "un par de minutos" para forzar una puerta cerrada con acero reforzado. Y cuando entró a la propiedad, solamente se encontró con una de sus esposas, una casa impecable, y la bañera levantada.
Un motor eléctrico ocultó en el cuarto permitía levantarla, dando paso a un complejo sistema de pasadizos que desembocaban en siete hogares linderos y también los drenajes de la ciudad, desde los cuales Joaquín Guzmán Loera consiguió huir antes de ser atrapado, desairando una vez más a los oficiales.
El informe del diario Milenio de México: "El último escape" del "Chapo" Guzmán
Quedaron como testimonio de su presencia los vehículos que estaban preparados para su movilidad: camionetas y automóviles de alta gama. Y también siete toneladas de drogas y armamento.
Sin embargo, el cerco se iba cerrando. Los rastreos de llamadas de colaboradores cercanos y hasta una propia puso en evidencia su nuevo paradero, en Mazatlán, y esta vez no tuvo tiempo de activar planes alternativos. El maestro del escape, esta vez, se quedó sin recursos.