En el mensaje, el papa Francisco dice que todos los cristianos son culpables de las divisiones, y asegura que reza para que todos vuelvan a la unidad.
Al inicio de la grabación, el Papa dice unas frases en inglés disculpándose por no hablar ese idioma y luego sigue en italiano, pero aclarando que en realidad usará el lenguaje del corazón. "Una gramática muy simple porque tiene dos reglas", explica: amar a Dios y amar al prójimo. "Y con estas dos cosas vamos adelante", afirma.
La audiencia con el pastor Palmer, de quien Jorge Bergoglio se dice amigo "desde hace años" –se conocieron en la Argentina-, tuvo lugar el 14 de enero pasado, pero la grabación se difundió recién ahora, al ser transmitida en una conferencia pentecostal en los Estados Unidos.
"Estoy aquí con mi hermano, mi hermano obispo, Tony Palmer –dice el
pontífice-. Hemos sido amigos por años. Él me ha dicho sobre su reunión. Envío
un saludo alegre y nostálgico. Es alegre porque me regocija que se reúnan a
hablar de Jesucristo, el único Señor, y rezar al Padre. Esto produce gozo,
porque se nota que Dios trabaja en todo el mundo".
"Me gustaría que esta separación llegara a su fin"
"Pero también es nostálgico –agrega Francisco-, porque nos encontramos en una situación como la de muchas familias. En los vecindarios hay familias que se quieren y familias que no se quieren. Y hay familias en las que sus miembros se aman recíprocamente, pero también hay otras donde no hay amor. Hay familias que se reúnen y familias que se separan. Y si me lo permiten, nosotros somos como una de esas familias que están, si me permiten la palabra, separadas".
"Estamos separados porque el pecado nos ha separado. Las incomprensiones a través de la historia. Ha habido un largo camino de pecados que todos compartimos. ¿Quién tiene la culpa? ¡Todos tenemos la culpa! Todos somos pecadores. El único justo es el Señor", afirmó el Papa.
"Me siento nostálgico, porque me gustaría que esta separación llegara a su fin y tuviéramos comunión. Me gustaría que nos uniésemos en un abrazo, como del que habla la Sagrada Escritura cuando relata que los hermanos de José comenzaron a pasar hambre y fueron a Egipto para poder comer. Tenían dinero, ¡pero no podían comerse el dinero! Entonces fueron a Egipto. Allí, ellos encontraron algo más que comida: encontraron a su hermano", dijo.
"Debemos llorar juntos"
El Papa aseguró que cada Iglesia tiene "el dinero" de su cultura, de su historia y de sus diversas tradiciones, pero eso no debe ser impedimento para encontrarse como hermanos: "Debemos encontrarnos los unos con los otros como hermanos, y debemos llorar juntos como lo hizo José (con sus hermanos). Ese llanto que une, el llanto del amor, deben unirnos".
"Les hablo como un hermano -dijo Francisco-. Y les hablo también sencillamente. Con alegría y nostalgia. Permitamos que esa nostalgia crezca, porque eso nos impulsará a encontrarnos, a abrazarnos y a alabar a Jesucristo como único Señor de la Historia".
"Debemos seguir adelante, ¡somos hermanos!, debemos dar a los demás un abrazo espiritual y abrirnos a que el Señor complete el trabajo que Él mismo empezó", exhortó.
El Papa agradeció que el pastor Anthony Palmer le brindara esta posibilidad de llegar a los cristianos separados de Roma, hablando desde el corazón, y les pidió también que recen por él: "Yo rezo por ustedes, lo hago. Y recemos para que el Señor nos una a todos. Y adelante, somos hermanos, hagamos espiritualmente este abrazo y dejemos que el Señor termine la obra que ha comenzado. El milagro de la unidad lo ha comenzado Él, y Él lo completará".
Y, en apoyo de esta idea, citó una novela del escritor italiano Manzoni en la cual un personaje, una persona simple, del pueblo, dice: "No he visto jamás que el Señor haya empezado un milagro sin terminarlo bien".
"El terminará bien este milagro de la unidad", concluyó el Papa.
Anthony Palmer es un obispo de
origen anglicano, que tuvo la iniciativa de solicitarle este mensaje a Francisco.
El video fue mostrado en una Conferencia Pentecostal en los Estados Unidos.
Este no es el primer acercamiento de Jorge Bergoglio a las iglesias protestantes o evangélicas: como arzobispo de Buenos Aires, se reunía regularmente con varias de estas denominaciones en jornadas de oración.
Por Claudia Peiró cpeiro@infobae.com