El director de Asuntos Hemisféricos de la Casa Blanca, Ricardo Zúñiga, en conferencia de prensa, aseguró que a los EEUU les preocupa que todos los detenidos no reciban un proceso judicial justo, y reiteró el llamado a su liberación. El gobierno de Barack Obama expresó "su profunda preocupación ante la posibilidad de que las protestas recientes contra el gobierno venezolano cobren fuerza a raíz del enjuiciamiento de Leopoldo López y otros opositores".
La subsecretaria de Estado para el Hemisferio Occidental, Roberta Jacobson, también se ocupó de la crisis venezolana e informó que su despacho se comunicó telefónicamente con el embajador venezolano ante la OEA, Roy Chaderton, pero aclaró que buscaba plantearle preocupación sobre la posibilidad de que arrecie la violencia. Es más, negó que la llamada incluyera amenazas o exigencias, tal como denunció esta semana el mandatario venezolano, Nicolás Maduro.
El propio mandatario estadounidense se pronunció sobre la represión en Venezuela. Tras la cumbre de líderes de América del Norte celebrada el miércoles en la ciudad mexicana de Toluca, Obama calificó como "inaceptable" la violencia y consideró "legítimos los reclamos de los manifestantes", al tiempo que criticó el anuncio de expulsión, el domingo, de tres funcionarios estadounidenses en Caracas. Además, apeló al "gobierno de Venezuela para que libere a los manifestantes detenidos y entable un diálogo verdadero".
La respuesta bolivariana no tardó en llegar: "El gobierno de la República Bolivariana de Venezuela repudia tajantemente las declaraciones emitidas el día miércoles 19 de febrero por el presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, en la medida en que constituyen una nueva y grosera injerencia en los asuntos internos de nuestro país, con el agravante de usar como base información falsa y aseveraciones sin fundamento".
Hace más de 20 días que diferentes sectores opositores, con los estudiantes como protagonistas, tomaron las calles venezolanas para protestar contra lo que ellos mismos llamaron "el desastre de Maduro": desabastecimiento, inflación e inseguridad. Hasta el momento, se registraron 5 muertos, un centenar de heridos y un número incierto de disidentes detenidos. El preso emblemático es Leopoldo López, el dirigente opositor que centralizó la ira chavista.
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