Luego de que el miércoles cerrara con un trágico saldo de 28 muertos y de que el Gobierno pidiera una tregua y decretara este jueves como día de luto nacional, los choques entre los manifestantes y la policía se reanudaron llevando al medio centenar el número de caídos en los últimos días.
Nuevamente, el epicentro fue la Plaza de la Independencia de Kiev, donde se vienen realizando las protestas contra la decisión gubernamental de rechazar un acuerdo de asociación con la Unión Europea (UE), tomada hace tres meses. Periodistas de AP contaron 19 víctimas fatales, mientras que miembros de la agencia AFP elevan a 25 el número de fallecidos.
Los combates llegaron incluso al interior del histórico hotel Ukraina, ubicado en una calle lindera a la plaza. Tras la represión policial, los cadáveres se amontonaban en el vestíbulo.
Entre los fallecidos hay también un policía, según confirmó a AP el vocero del ministerio del Interior, Serhiy Burlakov, quien agregó que 28 oficiales sufrieron heridas de bala en los enfrentamientos.
"La reanudación de los enfrentamientos en el Maidan (Plaza de la Independencia) durante la tregua anunciada es una provocación deliberada del poder", aseguraron los principales referentes de la oposición en un comunicado.
Pero no sólo los adversarios del Gobierno se expresaron en contra de lo ocurrido. El alcalde de Kiev, Volodimir Makeienko, anunció que abandona el partido del presidente Viktor Yanukovich, en protesta por lo que considera un "baño de sangre".
"Estoy dispuesto a todo para detener la lucha fratricida y el baño de sangre en el corazón de Ucrania, en la plaza de la Independencia. La vida humana debe ser el valor supremo de nuestro país, y nada debe contradecir ese principio", dijo el alcalde al comunicar su deserción del gobernante Partido de las Regiones.
Mientras se registraban los hechos de violencia y de las barricadas se elevaban gruesas columnas de humo, los ministros de Relaciones Exteriores de tres países de la Unión Europea se reunían con Yanukovych. Por la mañana del jueves una vocera de la embajada de Francia en Kiev había dicho que la reunión se había cancelado por cuestiones de seguridad, pero el asistente de Yanukovych sostuvo después que el encuentro estaba en curso.
Las dos partes están enzarzadas en una disputa por la identidad de esta nación de 46 millones de habitantes, cuyas lealtades están divididas entre Rusia y Occidente, mientras diversas regiones del país son escenario de una abierta sublevación contra el Gobierno central.
La ronda más reciente de violencia callejera comenzó el martes, cuando manifestantes atacaron contingentes de la policía y comenzaron incendios afuera del parlamento. En un comunicado publicado el jueves por la mañana, el Ministerio de Salud señaló que entre el martes y el miércoles 28 personas habían muerto y 287 habían sido hospitalizadas.
La oposición acusaba a Yanukovych de ignorar sus demandas de restringir las facultades del Poder Ejecutivo. El parlamento, dominado por partidarios del presidente, ha maniobrado para retrasar cualquier reforma constitucional que limite la autoridad presidencial.
Tras la reanudación del conflicto, el palacio legislativo fue evacuado por temor a que los inconformes pretendieran ocuparlo, dijo la vocera del lugar, Irina Karnelyuk.
Rusia, que es el principal impulsor del "no" de Ucrania a la UE, anunció un rescate financiero por 15.000 millones de dólares. Así, busca mantener al país bajo su área de influencia.
Dimitri Medvedev, primer ministro ruso y mano derecha del presidente Vladimir Putin, pidió un gobierno fuerte para Ucrania, que no se convierta en "un felpudo", lo que fue interpretado como un apoyo a la represión.
"Necesitamos socios que estén en forma y que las autoridades en Ucrania sean legítimas y eficaces para que la gente no pueda usarlas como un felpudo para limpiarse los pies. El poder debe concentrarse en la defensa de las personas, de las fuerzas de seguridad que preservan los intereses del Estado", apuntó el ex presidente de Rusia.