Meditación consciente: el boom para enfrentar un mundo urgente

A la técnica se la conoce como "Mindfulness". Está basada en estudios de las neurociencias y no se la considera una corriente de autoayuda o new age. Captó la atención de los líderes de las compañías tecnológicas

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La habilidad de ser consciente del presente (focalizar la atención en el aquí y ahora)  será una de las capacidades necesarias para sobrevivir a este siglo "cargado" de velocidad, hiperinformación y exceso de tecnología. Y sobre todo para conservar el pensamiento creativo, al que tanto atenta la fragmentación que proponen estos tiempos.

Y de esto se ocupa la meditación consciente, concientización o mindfulness, como la bautizaron  sus descubridores. Lejos de querer convertirse en una nueva corriente de autoayuda o new age, se basa en principios científicos mezclados con filosofía budista.

Así logró captar la atención de un grupo de escépticos por naturaleza como los empresarios "tech" de Silicon Valley, titanes de la industria –que integran la lista Fortune 500– e incluso  jefes del Pentágono, quienes nunca creyeron que con meditación se iban a poder arreglar las cosas.

Si estar "distraído" es la condición preeminente de nuestro tiempo, la concientización o mindfulness, según sus seguidores, es su contraparte más lógica y saludable.

El tiempo actual y la tecnología como mascarón de proa fragmentaron nuestros niveles de atención. Y es allí donde se asienta la base conceptual de esta meditación consciente  que parece haber comprendido algo más sobre nosotros mismos y nuestro tiempo.

Mundo veloz

En 1979 el científico Jon Kabat-Zinn desarrolló en el Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT), en los Estados Unidos, una técnica para reducir el estrés llamada  Mindfulness Based Stress Reduction (MBSR).

Pero Jon Kabat-Zinn, lejos de ser un gurú anti age, es un biólogo molecular y profesor en la Universidad de Massachusetts. Y aquí una de las claves del tipo de propagación que tuvo su técnica.

Como hijo de un inmunólogo y una artista,  Kabat-Zinn estaba estudiando para su doctorado en Biología Molecular en el MIT cuando asistió a una clase sobre meditación que dictaba un maestro budista.  Y allí él tuvo una revelación.

¿Podría usar la meditación, basada en el budismo, para ayudar a los pacientes a sobrellevar condiciones como el dolor crónico?

Aun si no pudiera aliviar los síntomas, Kabat-Zinn suponía que el entrenamiento sobre la concientización les ayudaría a reenfocar la atención, cambiando su respuesta al dolor y así reducir el sufrimiento.

Casi inmediatamente, unos pacientes de la clínica reportaron que su dolor había disminuido. Para otros, el dolor permanecía pero la concientización les ayudaba a sobrellevar el estrés de vivir con su condición: podían separar su vida diaria de su identidad como paciente crónico del dolor.

A partir de 1979, el programa de Kabat-Zinn fue absorbido por el departamento de Medicina de la Universidad de Massachusetts.  Y hoy Kabat-Zinn es conocido como referente mundial del Mindfulness, por haber introducido esta práctica dentro del modelo médico de Occidente.

Grupo de escépticos

La razón más poderosa para convencer sobre las bondades de la meditación a los más  escépticos es que la ciencia está aprendiendo sobre la habilidad de nuestra mente para adaptarse. Este fenómeno, que se llama neuroplasticidad, sugiere que existen ventajas reales y demostrables a la hora de ejercitar la mente.

Precisamente por esta pieza científica, la concientización está ganando terreno entre un grupo de gente que descree de las filosofías de la mente y el cuerpo.

Los trabajadores de las compañías Google, Instagram y Facebook, agobiados  por jornadas largas de  trabajo y la conectividad constante, coinciden  con los investigadores del mindfulness en que la vida multitask o multitarea finalmente  provoca una productividad más baja.

Los estudiantes y trabajadores que rápidamente cambian de tareas tienen una habilidad más baja,  no hacen caso a la información irrelevante y se equivocan más.

El valle de la meditación

En Silicon Valley la filosofía de la concientización o mindfulness caló hondo. Tal vez porque advierte cuáles son sus logros y debilidades.

Las cabezas y los equipos de ejecutivos más innovadores de Twitter, Instagram y Facebook hoy practican la filosofía mindfullness.

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Google, por ejemplo,  tiene un programa de concientización interno llamado Search Inside Yourself . El curso se realiza en el marco del Instituto de estudios integrales de California (CIIS)  y dura siete semanas. Por el curso, miles empleados de Google han aprendido técnicas para focalizar su atención, incluso meditación, ayudándolos a liberar espacio mental para el pensamiento creativo.

El propio fundador de Apple, Steve Jobs, declaró que la meditación fue el gran responsable de su habilidad para evitar las distracciones.

En iTunes hay muchas aplicaciones disponibles dedicadas a la concientización y meditación. Entre ellas Headspace,  una plataforma online para desmitificar y ahondar en las bondades de la meditación para la vida moderna. El sitio está ideado y fundado por Andy Puddicombe, un ex monje budista que invita en sus conferencias por el mundo a contemplar el presente, al menos por diez minutos.

Los científicos han logrado probar que la meditación y el entrenamiento  de la concientización pueden bajar los niveles del cortisol y de la presión arterial. También puede aumentar las respuestas inmunes y posiblemente afectar la expresión de los genes.

El estudio científico además revela que la meditación puede cambiar la estructura del cerebro. Expandiendo en el hallazgo que los cerebros pueden cambiar como resultado de las experiencias y no son masas estáticas.

Cada vez más científicos de la neurociencia ya estudian si la meditación –y la concientización que resulta de ella– puede contrarrestar los efectos del estrés, trauma y la distracción en la mente.

Cinco pasos para realizar meditación consciente

La revista Time sintetizó en cinco pasos fundamentales cómo realizar meditación  conciente.

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    Siéntese en el suelo con las piernas cruzadas, encima de una almohada, o en una silla. Mantenga la espalda recta y deje que los hombros caigan. Respire hondo y si lo desea cierre los ojos.

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    Preste atención a su respiración. No cambie su respiración, pero enfóquese en la sensación del aire entrando y saliendo de los pulmones.

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    Cuando unos pensamientos entran a su mente y lo distraen de su respiración, reconózcalos y después vuélvase a enfocar en su respiración. Repita este proceso cada vez que empieza a pensar en alguna "distracción".

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    No se enoje o trate de ignorar las distracciones. Su tarea simplemente es prestarle atención al hecho de que su mente cambia y regresar la atención a su respiración.

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    Empiece a hacer esto 10 minutos cada día durante una semana. Cuanto más tiempo dedique a meditar,  más fácil será mantener la atención en que lo usted desee.


Traducción e información propia:

Kimberly Alters (kalters@infobae.com)



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