El gobierno de los Estados Unidos defendió, este miércoles, la política de embargo comercial y económico a Cuba, ya que es una "importante" herramienta de presión contra el régimen de Raúl Castro. "Creemos que proporciona un importante recurso para espolear más cambios positivos en la isla, así que vemos su continua aplicación como supeditada al ritmo y la naturaleza de esos cambios", dijo una vocera del Departamento de Estado a la agencia de noticias EFE, que no difundió su identidad.
"El embargo representa un sólo aspecto de la política de los EEUU hacia Cuba, cuyo objetivo general es alentar un entorno más abierto y un mayor respeto a los derechos humanos y las libertades fundamentales", agregó la funcionaria estadounidense. El hecho de que la Casa Blanca considere necesario mantener el bloqueo "no significa que su política hacia Cuba sea estática", subrayó.
De acuerdo con la vocera del Departamento de Estado, la Administración del presidente Barack Obama ha aumentado el flujo de información, recursos y asistencia humanitaria para mejorar las condiciones de los ciudadanos cubanos, que son gobernados por los hermanos Castro desde hace cinco décadas.
Con los cambios de regulación emprendidos en 2009, Estados Unidos "expandió el rango de donaciones humanitarias que pueden exportarse a través de licencias concedidas de manera excepcional", lo que convierte al país en "el mayor proveedor de ayuda humanitaria al pueblo cubano", explicó.
Estados Unidos calcula que las exportaciones a Cuba en 2013 rondaron los 370 millones de dólares en productos agrícolas y ganaderos -pollo, cerdo, semillas de soja, maíz y trigo-, medicinas y equipo médico, entre otros productos.
El Congreso estadounidense es el que tiene la facultad de derogar el embargo, reforzado en 1996 con la conocida como Ley Helms-Burton. El gobierno de Obama coincide con los congresistas en que la eliminación de esa medida estará condicionada a que el Ejecutivo cubano emprenda "cambios" que todavía no se han dado.