La iniciativa fue del Consejo Pontificio para la Familia. Estaba previsto que la reunión se hiciera en el aula magna Paulo VI, cuya capacidad es de 7.000 personas, pero el éxito de la convocatoria fue tal que finalmente se hará el encuentro al aire libre.
La cantidad de asistentes es aun más notable considerando que la fecha cae en semana, dicen los organizadores. "La alegría del sí para siempre" es el lema del encuentro. Habrá cantos, un momento de reflexión y testimonios de parejas de novios, hasta el momento en que llegue el sumo pontífice, hacia la mitad de la jornada.
Francisco será el primer papa en festejar San Valentín. El nuevo pontífice está siempre muy atento a las tradiciones populares y, contra lo que algunos sectores progresistas esperan de él, ha defendido en reiteradas ocasiones la familia tradicional, como fundamento de la promoción humana y de la estabilidad social.
En el transcurso de este año, Francisco dedicará un consistorio y dos sínodos a la familia.
Finalmente, hay algo de lógica en esta iniciativa vaticana; seguramente es un intento de recuperar el sentido primigenio de una fiesta que, cabe recordar, tiene un origen religioso.
San Valentín, patrono de los enamorados, fue un obispo del siglo III, que, desafiando una prohibición del emperador romano Claudio II, casaba a parejas jóvenes a escondidas. Fue encarcelado y martirizado el 14 de febrero de 270. Muchos años más tarde, en el 495, y para contrarrestar las fiestas paganas de los romanos, llamadas Lupercales, dedicadas al amor y la fecundidad, el papa Gelasio I, decidió reivindicar el día de San Valentín. Poco a poco se fue suprimiendo la fiesta pagana.