La segunda ronda de las conversaciones de paz para Siria comenzó este lunes en Ginebra aunque con pocas expectativas de éxito a corto plazo, luego de las frustrantes negociaciones de la semana anterior.
El mediador de la ONU, Lakdar Brahimi, se reunió en primer lugar con la delegación de la oposición y más tarde tiene previsto hacerlo con la del gobierno del presidente Bashar al Assad, informó una vocera.
Según fuentes de las delegaciones, Brahimi puso en primer lugar de la agenda el tema del terrorismo, y además propuso hablar de una tregua. Mientras tanto, Arabia Saudita pidió una reunión urgente de la Asamblea General de la ONU sobre la situación en Siria.
El representante del país ante el organismo en Nueva York, Abdullah al Muallimi, señaló al diario Al Sharq Al Awsal de este lunes que varios países se han sumado a su petición. El objetivo es que la Asamblea General debata, sobre todo, sobre la situación humanitaria y las violaciones a los derechos humanos.
Organizaciones de ayuda consiguieron evacuar el domingo a cientos de personas de la sitiada ciudad de Homs, pero los camiones con alimentos para quienes pasan hambre en el centro de la urbe fueron atacados.
La ayuda a Homs fue hasta ahora el único resultado tangible de la primera ronda del diálogo de paz en Suiza, que acabó el 31 de enero.
A pesar de que la ONU evacuó a cientos de civiles, la tregua pactada de alto al fuego no se cumplió
Sobre el terreno, este lunes se informó de que rebeles islámicos mataron en un pueblo a 40 miembros de la minoría alauita, a la que pertenece la familia de Al Assad y muchos altos cargos del Estado.
El Observatorio Sirio de los Derechos Humanos denunció que los muertos en el pueblo de Maan, en la provincia de Hama, son 20 miembros de una milicia civil fiel al gobierno y 21 civiles. Entre las víctimas, hay diez miembros de una misma familia, tres de ellos, niños.
La mayoría de la población siria pertenece a la rama sunita del islam.