Los estadounidenses que compiten en los Juegos Olímpicos de Sochi 2014 tendrán que arreglárselas sin el yogur oficial del equipo, privándose de una fuente de proteína, y deberán, potencialmente, alterar su rutina diaria.
Aaron Blunck, un esquiador que compite en el halfpipe, dijo el viernes que para un deportista visitante poder digerir comida de su país de origen es parte de la sensación de estar en condiciones óptimas. "Consumir ese yogur aquí te ayuda, te da proteína, es nutritivo", señaló.
Pero su compañero de equipo Lyman Currier explicó que un atleta de élite deber saber lidiar con lo imprevisto. "Con o sin nuestro yogur, vamos a adaptarnos".
Las autoridades rusas aseguran que el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos se ha negado a suministrar el certificado que se requiere para los productos lácteos de acuerdo con las prácticas de aduanas.
"Los estadounidense saben de los requisitos y no entiendo por qué se quedaron cruzados de brazos y han esperado hasta que la situación alcanzó este punto", dijo Alexei Alexeyenko, funcionario de la agencia federal rusa de supervisión fitosanitaria. "Esto es algo que se puede resolver rápidamente".
El senador estadounidense Charles Schumer imploró esta semana a los rusos para que permiten la importación del embarque y afirmó que las reglamentaciones sobre exportaciones no deben afectar en este sentido, ya que el yogur no será vendido y sólo será consumido por los estadounidenses en Sochi.