La ONU aseguró que los niños sirios son víctimas de "abusos atroces" como consecuencia de la guerra del régimen de Bashar Al Assad contra los rebeldes, que comenzó en marzo de 2011 y que ya se cobró la vida de 136.00 personas. El informe del organismo, difundido este miércoles, denuncia que una gran cantidad de menores fueron violados, abusados sexualmente o sometidos a todo tipo de torturas, como golpes con cables metálicos o descargas eléctricas en los genitales.
Los niños también han recibido palizas con látigos y palos de madera y metal, han sido sometidos a simulacros de ejecuciones, quemados con cigarrillos, encerrados en solitario y expuestos a torturas de familiares. Muchos de ellos han sido mutilados o golpeados para humillarlos, obtener confesiones o presionar a familiares suyos para que se entregaran. Esto se suma a los traumas de la guerra, como presenciar la muerte de sus padres y hermanos o verse obligados a dejar sus hogares.
"Estas violaciones deben cesar ahora mismo. Por eso, exhorto a todas las partes del conflicto a adoptar, lo antes posible, todas las medidas para proteger y defender los derechos de los niños en Siria", manifestó el secretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon.
"El presente informe pone de manifiesto que el uso de armas y tácticas militares desproporcionadas e indiscriminadas por parte de las fuerzas gubernamentales ha provocado innumerables muertes y niños mutilados, y ha bloqueado el acceso de los niños a educación y atención médica", agregó Ban, que también apuntó contra milicias rebeldes como las que responden al Estado Islámico de Irak y el Levante.
Ya a fines de 2013, Unicef había alertado de las atrocidades que padecen los niños en Siria, con 5,5 millones de menores afectados, entre muertos, desplazados y torturados. El organismo que protege los derechos de la niñez a nivel mundial también había señalado, el año pasado, el riesgo real de que se pierda una "generación entera" de niños por los males de la guerra.
El conflicto en Siria ya lleva casi tres años y, por el momento, parece no tener fin. La semana pasada, delegados de la oposición y del gobierno de Al Assad participaron en la conferencia de paz Ginebra II, en Suiza, junto con decenas de representantes de la comunidad internacional para ponerle fin a la guerra. Sin embargo, las conversaciones finalizaron sin mayores avances y, mientras se espera el inicio de un nuevo ciclo de negociaciones, Siria sigue siendo un sangriento escenario.
Este miércoles, además, la ONU y la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ) advirtieron que venció el segundo plazo dado a Al Assad para la eliminación de su arsenal químico. El gobierno sirio debía retirar 1.200 toneladas, pero tan sólo despachó el 4 por ciento. La comunidad internacional prevé desde sanciones hasta acciones militares, aunque Rusia salió pronto a aclarar que -pese al plazo- el régimen está "comprometido" con la destrucción de sus armas químicas.