Año tras año la cantidad de víctimas fatales a causa de accidentes viales en países pobres y en desarrollo va en aumento. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), en caso de mantenerse esta tendencia, los muertos anuales ascenderán a dos millones en 2030 y, así, este tipo de muertes alcanzará los niveles de las ocurridas por sida, una de las principales causas de mortalidad en el mundo en desarrollo.
África es la región con mayor tasa de mortalidad por accidentes de tránsito, con 24,1 víctimas de cada 100.000 habitantes, según consigna el organismo internacional en su informe anual. Siendo Europa la de menor registro, con 10,3.
En América, en tanto, la cifra es de 16,1, y es el segundo continente que presenta registros más bajos. De América Latina, el país con mayor siniestralidad es Venezuela, donde mueren anualmente por accidentes de tráfico 37 personas por cada 100.000 habitantes.
La Argentina y Chile son los países de la región con mejores datos, con 12 víctimas fatales cada uno. "Son los únicos dos países, junto con Colombia, que tienen una agencia para la seguridad vial autónoma y con su propio presupuesto", afirma Jeanne Picard, presidenta de la Federación Iberoamericana de Asociaciones de Víctimas contra la Violencia Vial.
"En los demás países de América Latina, el carné de conducir simplemente se compra. No hay ningún control, y la corrupción policial es muy frecuente", añade.
El informe agrega que la mitad de los fallecidos por accidentes de tránsito son peatones, ciclistas y motociclistas. Por eso, la OMS apunta como esencial la reducción de la velocidad en zonas urbanas, precisamente para brindar mayor protección a peatones y ciclistas.
Los principales problemas que llevan a este tipo de mortalidades son: infraestructura inadecuada, coches viejos, falta de educación vial y de leyes adecuadas.
En 35 países se han promulgado nuevas leyes, pero sólo un 7% de la población mundial está cubierta por leyes integrales. Sin embargo, Michael Chippendale, vocero de la Asociación Global para la Seguridad Vial, una ONG británica, asegura que muchas veces ni siquiera tener buenas leyes basta para erradicar este problema.
"A veces ni siquiera tener buenas leyes puede ser suficiente. En Rumania hay multas muy elevadas, pero nadie persigue a quien no las paga, por lo que acaban siendo inútiles", explica al diario El País.
La falta de infraestructura también reviste un déficit muy grande. En varios países en desarrollo, donde más ocurre este tipo de accidentes viales, las construcciones de carreteras suelen ser apresuradas. Así, muchas veces no cuentan con vías peatonales ni tampoco para vehículos de dos ruedas, como las bicicletas.
"La gente camina por las carreteras. No es raro ver a ciclistas que viajan en sentido contrario al de los coches, y motos diminutas que transportan familias enteras y hasta decenas de gallinas", sostiene María Jesús López López, de la ONG Madre África. Y agrega: "Los vehículos no tienen faros y las carreteras no están iluminadas: desplazarse de noche significa arriesgar la vida".
Los países en vías de desarrollo concentran la mitad de los vehículos existentes en el mundo. No obstante, el 80% de las 1,3 millones de muertes por accidentes viales también corresponden a esos países.