El avión militar colombiano con los delegados que negocian un acuerdo de paz con las FARC aterrizó cerca de las 19:30 locales (00:30 GMT del lunes) para retomar las negociaciones el lunes por la mañana después de un receso de 11 días. Siguiendo su costumbre, De la Calle no formuló declaraciones a su llegada a la isla.
En el vuelo, viajaron todos los miembros de la delegación, salvo el general Oscar Naranjo, que llegó procedente de México.
Ambas partes negocian desde noviembre de 2012 un acuerdo que ponga fin a un conflicto armado de medio siglo, y actualmente están debatiendo el tema de drogas ilícitas, tercero de los seis puntos de la agenda.
La delegación de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), encabezada por Iván Márquez, permanece en Cuba desde el comienzo de las negociaciones de paz.
Durante este receso, se desarrolló en La Habana la cumbre de la Celac, en la que el presidente colombiano, Juan Manuel Santos, recibió una ovación de los demás mandatarios cuando declaró que estaba "más optimista" que antes y que "hay voluntad de ambas partes" de alcanzar la paz.
Sin embargo, una encuesta revelada en Bogotá este domingo mostró que el 58% de los colombianos está pesimista frente al proceso de paz, el cuarto que se celebra entre las autoridades colombianas y las FARC, la mayor guerrilla de ese país. Este ciclo de conversaciones de paz se prolongaría hasta el 13 de febrero.
¿Qué ocurrió en el último ciclo de conversaciones?
En el marco del cierre del decimonoveno ciclo de negociaciones, en los diálogos de paz de La Habana entre las FARC y el gobierno de Colombia, la organización narcoguerrillera insistió en su propuesta de legalizar los cultivos de hoja de coca, amapola y marihuana para ayudar al sostenimiento de los campesinos pobres.
El Gobierno debe hacer un "reconocimiento y difusión de las cualidades alimenticias, nutricionales, medicinales y terapéuticas de la hoja de coca, la amapola y la marihuana", manifestó la guerrilla en un documento leído a la prensa por su delegado Andrés París.
"En atención a las mencionadas cualidades de las plantas de coca, amapola y marihuana se reconocerán y estimularán sus usos lícitos a través de una política dirigida y regulada por el Estado y con participación directa de las comunidades productoras, campesinas, indígenas y afrodescendientes", indicó París.
Las FARC, la mayor guerrilla colombiana, pidieron al comienzo de ese ciclo, a principios de año, que el Estado regule la producción y el mercado de los cultivos ilícitos, mediante un programa que proteja a los campesinos.
Su propuesta pone énfasis en la "sustitución de los usos ilícitos de los cultivos de hoja de coca, amapola y marihuana" y no en el reemplazo por otros cultivos, como dispone la ley.
Los gobiernos de Bogotá y Washington acusan, desde hace años, a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) de estar involucradas en el narcotráfico, lo que la guerrilla niega.
El jefe máximo de las FARC, Timoleón Jiménez ("Timochenko"), se pronunció en noviembre a favor de la legalización de las drogas en Colombia, iniciativa que el Gobierno rechaza, en concordancia con la comunidad internacional.