En San Luis, Arsenal y Vélez se disputaron el primer título del año. En su segunda edición, los de Sarandí llegaron al Juan Gilberto Funes con el objetivo de retener la Supercopa Argentina, ya que el único antecedente que presenta este trofeo fue la victoria por penales ante Boca.
"Es raro estar sentado acá y que no esté el Tigre Gareca" había destacado en la previa del partido el técnico debutante, José "Turu" Flores, quien llegó a este compromiso con la presión de reemplazar a uno de los entrenadores más ganadores de la entidad de Liniers.
En los primeros minutos, el que tomó las iniciativas fue el "Fortín": antes de llegar al primer cuarto de hora, Lucas Pratto asistió a Héctor Canteros para que el volante se quite de encima a su marca con un giro extraordinario y pruebe de media distancia. La soberbia respuesta de Cristian Campestrini fue fundamental para que el marcador se mantenga en cero. Los de Gustavo Alfaro se refugiaban en su campo y apostaban por el contragolpe, mientras que el elenco de Villa Luro hacía todo el esfuerzo.
En tanto, una lesión en el aductor de Nicolás Aguirre obligó al volante a abandonar el partido, y su lugar fue ocupado por Martín Rolle. Justamente, el ex San Lorenzo y Olimpo tuvo en sus pies el primer grito de la noche mediante un tiro libre que rebotó en el travesaño. El sonido metálico paralizó al afortunado Sebastián Sosa. El primer acto terminó sin emociones.
La intensidad fue creciendo con el transcurso del espectáculo y en el complemento Vélez consiguió llegar a la red con una fórmula que había aplicado en el comienzo: un pase de Pratto y una definición de Canteros, fueron suficientes para que el canterano llegue al gol. Con el 1 a 0 Arsenal reaccionó velozmente, y pudo llegar a la igualdad mediante la pelota parada. Con un preciso centro, Rolle buscó la cabeza de Diego Braghieri, quien consiguió impactar el balón... pero la suerte estaba del lado del uruguayo, dado que la "caprichosa" rebotó contra los dos palos y se durmió en los guantes del ex arquero de Boca. El duelo se mostraba abierto.
La definición del choque no se concretó porque Campestrini volvió a demostrar el excelente momento que está atravesando. Tras taparle dos tiros consecutivos a Mauro Zárate, el hombre que alguna vez se puso el buzo de la Selección atoró a Canteros, obligándolo a que "Tito" termine la jugada con una emboquillada, que terminó pegando en donde se unen el palo y el travesaño.
Definitivamente el triunfo fue merecido. Más allá de la estupenda maniobra de Sosa para desactivar el peligro que traía Milton Caraglio, cuando se jugaba el tiempo adicionado, el "Turu" Flores debutó oficialmente con la consagración de la Supercopa Argentina. El técnico ya cumplió con la cuota semestral.
Por Fernando Taveira – ftaveira@infobae.com