La Asamblea Nacional de Nicaragua aprobó el miércoles que se permita que el jefe del Estado Mayor mantenga su cargo indefinidamente y que el Ejército tenga un mayor papel en la economía del país, lo que concentra aún más el poder en manos del presidente Daniel Ortega y sus aliados.
Ortega fue uno de los líderes del levantamiento en los años 70 contra el dictador Anastasio Somoza y fue presidente hasta que fue derrotado en una elección en 1990. Desde que regresó a la presidencia en los comicios de 2006, ha implementado varios cambios jurídicos que le permiten permanecer en el poder indefinidamente, lo que ha llevado a sus electores a advertir de un regreso a la dictadura.
La votación sobre las fuerzas armadas ocurrió un día después que el Congreso, controlado por el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) de Ortega, modificó la Constitución para eliminar el límite a los períodos presidenciales y una exigencia de que un candidato reciba por lo menos 35% de los votos para ganar los comicios presidenciales. Se considera ampliamente que ambas medidas allanan el camino a un cuarto período para el presidente Ortega.
Los cambios a la Constitución también dieron al presidente la autoridad para emitir decretos sin aprobación de los legisladores y permite a los policías y militares activos ocupar cargos civiles en el gobierno.
Las modificaciones aprobadas el miércoles permiten al Ejército participar en la redacción de las leyes que gobiernan los archivos nacionales, bases de datos y el espectro radioeléctrico de las telecomunicaciones.
"Lo que buscamos es avanzar en la seguridad jurídica de la defensa del país" dijo a los periodistas el diputado Edwin Castro, jefe de la bancada sandinista.
Las nuevas leyes también dan a los militares la capacidad de ofrecer servicios de seguridad a empresas privadas, como el canal transoceánico que planea un empresario chino como rival al Canal de Panamá.
"Lo que se observa es una intención clara de Ortega para manejar al Ejército a su gusto y antojo, se trata de un sometimiento de las fuerzas armadas a la voluntad de Ortega, porque teme que le den golpe de Estado por la manera en que lleva el país", dijo el diputado opositor liberal Luis Callejas.
La ex comandante guerrillera Dora María Téllez, disidente sandinista y miembro del Movimiento Renovador Sandinista (MRS) cree que las reformas en curso son "un traje a medida del dictador Ortega, que aspira a morir en el poder" y demuestran "la enorme debilidad que tiene el orteguismo, que tiene miedo frente a las protestas sociales, una fuerza política que se va incrementando, al mismo tiempo que una incapacidad de responder a los problemas de los nicaragüenses".
Ortega
después que la Corte Suprema de Justicia de Nicaragua, dominada por sus aliados,
. Sus opositores dijeron que
, y tanto Estados Unidos como la Unión Europea los criticaron por falta de transparencia.