El control de cambios de Venezuela incluye como "ilícito cambiario" difundir el valor del dólar en el mercado paralelo.
"Que vayan presos los que están detrás del sabotaje económico a través del dólar paralelo", exigió el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro. La insólita referencia era contra los responsables de páginas de internet como lechuga.com y tucadivi.com, que todos los días daban a conocer el precio de la moneda estadounidense que se vende por fuera del férreo control oficial y que tiene un brecha cambiaria superior al 1.000 por ciento.
"La burguesía que no ama la Patria ha creado un mecanismo perverso de fijación del llamado dólar paralelo a través de una tal lechuga.com. He ordenado que se investigue y pido más celeridad a la Justicia", dijo Maduro en aquella ocasión, aludiendo así a una de las populares páginas web que informaban sobre el valor de la divisa norteamericana en el mercado negro.
"Vamos a derrotar el dólar paralelo", señaló el presidente Maduro. Como la frase "dólar paralelo" o "negro" está prohibida, la inventiva creó la denominación "lechuga americana", que dio origen a la manera en la que los venezolanos se refieren al dólar al hablar.
Los orígenes de esta insólita decisión se remiten a Hugo Chávez, que tras comprobar el fracaso del control de cambios, en 2005 reglamentó la llamada Ley de Ilícitos Cambiarios, que penalizaba con cárcel y confiscaciones a aquellos empresarios que importaban productos, como automóviles, al valor del tipo de cambio oficial y luego vendían en el mercado al precio del paralelo. El bolivariano acusó de especuladores a los empresarios y decidió poner todo el poder del Estado en la nueva ley.
El plan no funcionó, porque la espiral inflacionaria y el mercado informal dieron lugar a los problemas que hoy son moneda corriente en Venezuela: escasez, falta de insumos para producir y mercado negro a precios descontrolados.
En 2008 se llegó al tope de las restricciones. Allí se aplicó una ampliación de la Ley de Ilícitos Cambiarios, que ya incluyó a la clase media que compraba por internet con su tarjeta de crédito. Se fijó el límite de u$s400 anuales (ver nota) para los compras online y se estableció la prohibición de divulgar el precio del dólar paralelo (en eso momento, la brecha era de casi 100% con respcto al oficial). Los medios que publicaran el precio del dólar -o si un venezolano dijera en radio o TV el valor de la divisa- se volverían plausibles de ir a prisión.
Desde ese momento, los medios dejaron de dar el valor de la divisa, al punto que no se puede pronunciar la frase "dólar paralelo" y mucho menos dar su cotización.
El ex gerente de investigaciones económicas del Banco Central de Venezuela José Guerra aseguró, en Radio Mitre de la Argentina, que las medidas que se adoptan en este país "aplican un copia y pega de las normas venezolanas".
Las restricciones impuestas por el régimen bolivariano no lograron evitar un fuga estimada de u$s145.000 millones en los últimos años, según la consultora Ecoanalítica.
Por Guillermo Feres Castillo - gferecastillo@infobae.com.