Catorce palabras. Una frase. Una Historia: "Ever tried. Ever failed. No matter. Try Again. Fail again. Fail better. Read more". La oración le pertenece al irlandés Samuel Beckett (1906-1989), un dramaturgo y novelista irlandés, que en español se lee: "Siempre intentaste. Siempre fallaste. No importa. Intenta otra vez. Falla de nuevo. Falla mejor", y que está grabada en el brazo izquierdo de Stanislas Wawrinka, el suizo del que hoy todos hablan luego de su victoria ante Novak Djokovic en los cuartos de final del Abierto de Australia.
"Stan" nació en Lausana el 28 de marzo de 1985, es hijo de Wolfram e Isabelle, dueños de una granja orgánica dedicada a ayudar a personas con discapacidad. Dejó el colegio a los 15 años cuando se dio cuenta de que su vocación era el tenis, deporte que había empezado a practicar desde niño influenciado por la profesión de su hermano mayor, Jonathan, profesor de esta disciplina.
Se describe como un "guerrero" y sabe que a las grandes batallas del circuito ATP llega como punto (incluso desde su propia valoración) y es ese menosprecio su fuente inspiración. En junio de 2009, antes de retar a Rafael Nadal en cuartos de final de Roland Garros, él mismo explicaba: "Es difícil jugar contra él. ¿Cuáles son las otras fuentes de inspiración para mí? Mi nivel de juego, mi confianza, mi deseo de victoria". Aquella tarde no pudo ganarle a "Rafa". Nunca pudo en realidad. Perdió las 12 veces en que se enfrentaron (dos de ellas en finales). Pero sabe que tendrá una nueva oportunidad. Y espera por ella.
Ante Novak Djokovic la historia parecía diferente apenas empezó. Wawrinka ganó el primer duelo entre ambos, en Umag 2006. Ese año hubo dos partidos más entre ambos y el duelo pasó a ser un clásico. Fue un triunfo por lado. Luego, hasta el partido de hoy en Australia, hubo entre ambos 14 partidos más: "Nole" ganó todos.
Al encuentro de hoy los jugadores llegaban con un historial de 15-2 en favor del 2 del mundo pero Wawrinka sabía que alguna vez se le iba a dar, y esta oportunidad era ideal. Comenzó dubitativo, fue tomando confianza, optó por arriesgar. El revés, su arma clave, funcionó a pleno. Se volvió agresivo, vio el hueco, tuvo un match point y lo ganó. Vaya si sabía él que el hombre es ese animal que tropieza dos veces con la misma piedra, pero qué importaban ya las 14 derrotas consecutivas previas. Había triunfado.
Su nombre no es marketinero. Sabe que para el mundo el tenis de suiza es sinónimo de Roger Federer. Pero Stanislas Wawrinka ocupa desde hace casi un año (mayo de 2013) un lugar entre los 10 mejores del mundo. Dejó el colegio a los 15. Fue en busca de grabar su nombre en la historia del tenis. Tiene en su haber cinco títulos ATP, ninguno de los grandes. Hoy su nombre aparece entre los semifinalistas de Australia tras vencer a Novak Djokovic después de 14 intentos consecutivos. Su próximo rival será Tomas Berdych, el anteúltimo paso de una posible final que, de darse la lógica, sería frente a Rafael Nadal, a quien nunca pudo vencer. Si llega al domingo, "Stan" saldrá al Rod Laver Arena con un solo pensamiento: "Siempre intentaste. Siempre fallaste. No importa. Intenta otra vez. Falla de nuevo. Falla mejor".
Texto: Luana Viera/lviera@infobae.com