A pesar de que todas las estadísticas muestran que la inseguridad es un problema grave en Venezuela desde hace por lo menos 15 años, el chavismo se rehusó a llevar el tema al centro de su agenda política hasta hace unas semanas.
Todo porque una de las más de 2.000 personas que mueren por mes en el país como resultado de la violencia ciudadana fue Mónica Spear, una ex miss Venezuela que en los últimos años se había convertido en una reconocida actriz de telenovelas.
Es paradójico que un gobierno socialista se ocupe de un problema recién cuando lo sufre un miembro de los sectores medios y altos, que son víctimas de las muertes violentas que produce la inseguridad en 1% o 2% de los casos. El 80% de los asesinados son pobres.
El caso Spear, que fue asesinada junto a su pareja por una banda delictiva que quiso robarles mientras recibían asistencia mecánica a un costado de la carretera, evidenció muchos fracasos de la sociedad chavista. En primer lugar por la conjunción de caminos en mal estado, zonas liberadas por las fuerzas de seguridad y falta de prevención para detectar cuáles son las regiones de alto riesgo.
En segundo lugar, porque los principales imputados son dos adolescentes de 15 y 17 años. Ambos crecieron y vivieron casi toda su vida en la Venezuela socialista y bolivariana de Hugo Chávez.
¿Por qué si hubo una inclusión social tan importante como la que declama el Gobierno aumentó tanto la cantidad de jóvenes que se dedican al delito? ¿Por qué los sectores populares están cada vez más indefensos cuando en realidad deberían sentirse más protegidos que nunca?
El problema de echarle la culpa al Hombre Araña
Chávez asumió la presidencia de Venezuela el 2 de febrero de 1999. Según el Observatorio Venezolano de Violencia, el año anterior había terminado con 4.550 homicidios, lo que representaba una tasa de 18 cada 100.000 habitantes, considerada muy alta en cualquier lugar del mundo.
Pero el tema parecía no preocuparle al presidente. "Cuando Chávez accedió al poder y su agenda fue exclusivamente política e ideológica. Los años pasaban y no hablaba nunca de la inseguridad. Para él no era un tema relevante, entonces nunca hubo una política de seguridad", dice a Infobae el sociólogo Luis Cedeño, director de Paz Activa, una ONG abocada a buscar soluciones a los problemas de seguridad ciudadana en Venezuela.
Tras una primera etapa de silencio, a partir de una serie de casos que convulsionaron a la opinión pública e instalaron a la inseguridad en el tope de las preocupaciones ciudadanas, desde 2005 el Gobierno empezó a hablar del problema.
Pero el abordaje eludía toda responsabilidad: los homicidios, los secuestros y los robos son una consecuencia del capitalismo, y ocurren en Venezuela de la misma manera que en otros países. Por tanto, la solución es erradicar el capitalismo y avanzar hacia el socialismo.
El problema que tiene esta interpretación es que los asesinatos aumentan año a año en Venezuela, lo que introduce una disyuntiva: o se trata de una explicación errada del problema, o el país se vuelve cada vez más capitalista, lo que contradiría las bases del discurso oficial.
Fallecido Chávez, su heredero, Nicolás Maduro, profundizó la tesis de su antecesor. El problema no es sólo el capitalismo, sino los "antivalores" que difunden los medios de comunicación.
"En estos días nos pusimos a ver El Hombre Araña 3. Eso es candela, desde que empieza hasta que termina es muertos y más muertos. Y es una de las series que más les gusta a los niños chiquitos. Ese muchacho que a los 14 años carga una 9 milímetros tiene en el cerebro miles de horas de transmisión de series donde matan gente", afirmó en un discurso pronunciado en septiembre de 2013.
Pero así como hay capitalismo en casi todo el mundo, las películas del Hombre Araña se proyectan en la mayoría de los países. Sin embargo, algunos tienen tasas de homicidio muy bajas y otros muy altas, sin que varíe el modo de producción ni la cartelera del cine.
El error de diagnóstico se plasmó en las políticas públicas. "La voluntad política se mide en cómo se asignan los recursos presupuestarios. El 1% es lo que se viene destinando a seguridad ciudadana, diez veces menos de lo que va a Defensa", cuenta Samuel Yecutieli, consultor venezolano en Seguridad Ciudadana y presidente de Segured.com, en diálogo con Infobae.
"Mientras que la seguridad ciudadana se piensa en función de proteger al ciudadano, la Defensa se enfoca en la seguridad de las fronteraas y de las instituciones del Estado y de sus funcionarios. ¿Qué es más importante, fortalecer la policía municipal o comprar un avión supersónico?", agrega.
Tras 14 años de chavismo, 2013 terminó con 24.763 muertes violentas, lo que supuso un aumento del 444% desde 1998 y una tasa de 79 homicidios cada 100.000 habitantes, una de las más altas del mundo. La situación es tan preocupante que países considerados violentos, como Colombía y México, tienen tasas de 22 y 19 asesinatos cada 100.000 habitantes.
"El hombre nuevo que nos vendió Chávez -dice Cedeño- son jóvenes de 16, 17, y 18 años que se formaron en este ambiente revolucionario y que hoy matan a mansalva. Hay fallas muy graves en las políticas públicas que ayudan a los más desfavorecidos, porque los mas afectados son los pobres. El 80% de las víctimas viene de sectores populares, sólo 1% o 2 % pertenece a sectores medios-altos".
Si bien las estadísticas muestran que durante el chavismo se produjo una reducción de la pobreza y un aumento del presupuesto destinado a asistencia social, esto no debe confundirse con una mejora de la inclusión y de la cohesión social. Hay millones de personas que no mueren de hambre porque reciben un subsidio del Estado, pero que continúan estando desintegradas de la sociedad, sin algo que dé sentido a sus vidas.
"Hubo un gasto social astronómico que se vio reflejado en ciertas mejorías, pero fue ineficiente. Estuvo más orientado a dar el pescado ya cocida que a enseñar a pescar. ¿Hay oportunidades laborales y de superación para los que viven en los sectores populares?", se pregunta Yecutieli.
Ante este cuadro, el asesinato de Mónica Spear obligó a Maduro a reaccionar. Convocó a la oposición a un encuentro especial y anunció una Gran Misión para la Pacificación.
"Está reaccionando porque hay un costo político y quiere compartir las culpas, por eso invita a los opositores. Pero nosotros creemos que ese diálogo se debe mantener todo el tiempo, no circunstancialmente. Y ese acercamiento debe tener un correlato en acciones concretas, como elevar el presupuesto que se destina a seguridad ciudadana, invertir en equipamientos de la policía y mejorar la coordinación entre las instituciones públicas", explica Yecutieli.
¿Cómo se llega a una impunidad del 95%?
"Dede la llegada de Chávez al poder hubo un sistemático debilitamiento de las instituciones democráticas y de la separación de poderes. Cerca del 90% de los jueces son provisorios, designados a dedo, y por ello mucho más dependientes del Gobierno. Además no hay tribunales suficientes, lo que deja a algunos jueces con 2.000 causas por año, lo cual es imposible", explica Cedeño.
"Chávez montó un Estado paralelo. Por ejemplo, creó milicias civiles ideologizadas y comandos armados en los sectores populares, formados como fuerzas parapoliciales. Así se descuidó y se debilitó a la Policía y al sistema penitenciario, que pasó a estar controlado por los internos", agrega.
La consecuencia de estos cambios fue la parálisis de las instituciones de seguridad y justicia, lo cual hace prácticamente imposible capturar a un delincuente y juzgarlo por sus crímenes.
"En Venezuela -continúa Cedeño- hay un 95% de impunidad en delitos graves. Hay homicidas que cuando son atrapados ya tienen 10 o 15 muertos encima".
"Eso significa que la inmensa mayoría de los delitos no son resueltos. Al no ser resueltos, los delincuentes reciben un incentivo, porque el costo de delinquir es muy bajo, y la rentabilidad, muy alta", dice Yecutieli.
Lo que agravó aún más la situación fue que Colombia, en el mismo período -y sin hacerse menos capitalista- logró reducir enormemente sus índices de criminalidad. Esto provocó que algunas bandas organizadas que operaban allí empezaran a actuar en Venezuela, donde las facilidades para delinquir son mucho mayores.
Ante el fracaso de la estrategia de seguridad implementada, hace algunos años el Gobierno decidió crear una policía nacional para tratar de evitar que continuara profundizándose la inseguridad. El problema es que las fuerzas más importantes para resolver los delitos comunes son las locales.
"Ahora la mayoría de los recursos va a la policía nacional, y no a las regionales y municipales. A eso se le suma que por el el enfoque partidista que tiene el Gobierno, si el el alcalde es opositor se le dan menos recursos y se le hace la vida imposible. Por eso el enfoque tiene que ir orientado hacia el ciudadano y hacia revertir los indicadores", dice Yecutieli.
También dificulta un trabajo eficiente de las fuerzas de seguridad la ausencia de estadísticas confiables que registren cuáles son los delitos más frecuentes y dónde se producen. "Así -continúa el consultor-
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