Ante el avance de Al Qaeda en Irak, los Estados Unidos acelerarán el envío de equipamiento militar para fortalecer al gobierno en Bagdad, según informó el vocero presidencial Jay Carney, en Washington.
Los envíos a Irak serán acelerados, indicó Carney, quien precisó que se despacharán más misiles Hellfire. Además, las próximas semanas, los iraquíes recibirán diez drones para detectar terroristas y a lo largo del año otros 48, añadió.
"Estos misiles son un pequeño elemento para la estrategia, pero han demostrado su eficacia para evitar que EIIL (Estado Islámico de Irak y Levante) establezca sus refugios al oeste de Irak", detalló Carney.
Los Estados Unidos están muy preocupado por el fortalecimiento de los combatientes de Al Qaeda en el oeste de Irak, donde los extremistas ocuparon, entre otros partes de Fallujah, aunque el presidente Barack Obama señaló que Washington no intervendrá en el campo de combate.
"He oído que miembros del Congreso creen que hay que enviar tropas a luchar y morir en Fallujah. El Presidente no está de acuerdo", manifestó Jay Carney.
En los últimos días, el brazo terrorista vinculado a Al Qaeda, conocido como Estado Islámico de Irak y Levante, tomó el control del centro de Fallujah y Ramadi, en la provincia de Al Anbar, un bastión sunita al oeste del país.
Frente al resurgimiento de la red terrorista en zonas urbanas, desde la intervención de los Estados Unidos en Irak en 2003, Washington manifestó su preocupación sobre este avance extremista y se puso a disposición de Bagdad, aunque tanto el secretario de Estado, John Kerry, como el presidente Barack Obama, resaltaron que el gigante del Norte no enviará tropas al país oriental.
En 2004, Fallujah fue escenario de uno de los más sangrientos combates entre los Marines norteamericanos y los milicianos sunitas y Al Qaeda. En esa línea, en una declaración conjunta, los senadores republicanos John McCain y Lindsey Graham reconocieron que lo ocurrido estos últimos días en la provincia de Al Anbar "era previsible" desde el retiro de las tropas estadounidenses.
"Cuando el presidente Obama retiró todas las tropas estadounidenses de Irak, por encima de las objeciones de nuestros comandantes y líderes militares sobre el terreno, muchos de nosotros predijimos que el vacío sería llenado por los enemigos de los EEUU y que emergía como una amenaza para nuestra seguridad nacional. Desafortunadamente, esa realidad es ahora más clara que nunca", afirmaron los senadores.