En la actualidad, la mayoría de los aviones comerciales utiliza motores de tipo turbofán, que se pueden ver debajo de las alas en todos los aeropuertos.
Estos dispositivos, que a diferencia de los viejos motores a hélice, son cerrados, permiten que una parte del aire atraviese la cámara de combustión para generar impulso adicional cuando se expulsa con gases calientes y comprimidos.
Snecma está pensando en algo completamente distinto. Para empezar, su diseño prescinde de la carcasa que recubre el ventilador. En segundo lugar, dispone de aspas que giran en sentido opuesto para impulsar el aire abierto hacia dentro.
"La eficiencia del motor de un avión y su consumo depende de la cantidad de aire que los ventiladores reciben y expulsan a velocidades lentas", explicó en un comunicado Pierre Guillaume, director de investigación y tecnología de Snecma.
"Con el rotor abierto, seremos capaces de incrementar el flujo de aire absorbido porque no tendremos una carcasa alrededor de los ventiladores. Eso mejorará el consumo de combustible y reducirá la emisión de dióxido de carbono", agregó.
Por el momento se desarrolló un prototipo cuyo tamaño es un quinto del que sería el motor definitivo. Las pruebas realizadas en julio de 2013 en el túnel de viento especial de la ONERA (el laboratorio aeroespacial francés) arrojaron resultados bastante cercanos a los esperados, con el agregado de una generación de ruido diez decibeles inferior a la de los motores vigentes.
El plan es desarrollar un nuevo prototipo en tamaño real. "Debería estar listo para fines de 2015. Esa etapa será particularmente compleja. Entonces estaremos en condiciones de probar el módulo de propulsión con la caja de velocidades y los controles de unidad gobernando las aspas", precisó Guillaume.
con un
, y si los resultados son óptimos, Snecma pretende
.