El año de Obama, entre el shutdown y el afianzamiento de su liderazgo

El presidente de los Estados Unidos transitó un año intenso en el que logró impulsar la reforma sanitaria y evitar el default, a pesar de la resistencia republicana. En términos económicos, tuvo una gestión positiva

Guardar
 AP 163
AP 163

Barack Obama comenzó su segundo mandato a fines de 2012 con un ambicioso paquete de reformas. Tras la victoria en las elecciones presidenciales de noviembre sobre el republicano Mitt Romney, el presidente norteamericano enfocó su nueva gestión en la reforma sanitaria -más conocida como Obamacare-, la ley de inmigración y la reforma agrícola.

El mandatario sabía que no sería una tarea sencilla. Y realmente no lo fue. Con una resistencia muy férrea por parte del Partido Republicano, el arco demócrata debió nadar contra la corriente durante prácticamente todo el año.

El primer escollo que tuvo que sortear Obama fue con la reforma sanitaria, una medida que busca darles cobertura médica de bajo costo a millones de personas que no cuentan con una.

Cuando a principios de octubre el Partido Demócrata presentó la ley presupuestaria para 2014, la Cámara de Representantes, de mayoría republicana, rechazó la legislación presentada por el oficialismo. El eje de conflicto de ésta recaía precisamente sobre la reforma sanitaria.

Ambas bancadas mantuvieron firmes sus posturas. El presidente Obama en todo momento expresó su decisión de no dar marcha atrás con su iniciativa. El líder de la Cámara de Representantes, el republicano John Boehner, en tanto, también permaneció firme en su convicción.

Así, los Estados Unidos cayeron en un cierre administrativo, que perduró durante casi dos semanas. Sin embargo, el mandatario logró salir airoso del shutdown y dio un nuevo paso con el Obamacare, aunque en los últimos meses presentó algunos problemas en su página web. Algo que despertó la reacción y crítica de los republicanos.

A pesar de este inconveniente, la ley promulgada en 2010 cada vez suma más adeptos y ya son más de 1,1 millones de personas las que se han suscrito al programa, según confirmó la Casa Blanca.

Sumado al dolor de cabeza que supuso el shutdown, el tratamiento del techo de la deuda externa también fue motivo de preocupación en la Casa Blanca. El mundo entero se mantuvo expectante sobre el desenlace del acuerdo, ya que un rechazo de éste hubiese significado la caída en default.

Finalmente, a pocas horas de vencerse el plazo, el Congreso aprobó el financiamiento para el Gobierno hasta el 15 de enero y elevó el techo de la deuda hasta el 7 de febrero. Mientras que el proyecto presupuestario fue aprobado el 18 de diciembre.

 AP 163
AP 163

El presidente Barack Obama y el líder republicano de la Cámara de Representantes, John Boehner

Una vez superada esta turbulencia por la que pasó el gigante del norte, Obama centró toda su atención en la reforma migratoria, la más ambiciosa y esperada por el Partido Demócrata para este segundo mandato.

El presidente norteamericano en más de una oportunidad reiteró la necesidad de aprobar cuanto antes un proyecto de ley que es esperado por millones de inmigrantes. Incluso, el mandatario expresó su predisposición a implementarlo "de manera fragmentada". Pero la resistencia republicana se volvió a cruzar en el camino de Obama, quien tendrá como principal objetivo para 2014 la aprobación de esta ley.

Asimismo, la derogación de la reforma migratoria también traería importantes beneficios al sector agrícola, según lo explicado por el propio Obama, quien busca incluir dentro de la ley a los trabajadores de ese sector.

La reforma migratoria ya cuenta con el aval de la Cámara de Senadores, donde el Partido Demócrata es mayoría. Sin embargo, aún resta la aprobación de la Cámara de Representantes, de mayoría republicana.

Por su parte, en términos económicos, la gestión de Obama en 2013 fue altamente positiva. Luego de la crisis económico-financiera de 2008 que golpeó fuertemente al país, Estados Unidos registró este año el desempleo más bajo desde aquel entonces, con un índice del 7,3% (registro de octubre).

Además, consiguió el mayor crecimiento de su economía en el tercer trimestre del año a 4,1%, superando así las previsiones de los analistas, que auguraban un crecimiento cercano al 1,9 por ciento.

Este porcentaje fue motivado principalmente por el aporte positivo de los gastos de consumo, inversiones privadas y exportaciones.

Con respecto al entramado político, el Partido Demócrata sigue a la cabeza. Las medidas sin rumbos impulsados por el arco republicano y su bloque más conservador (Tea Party) siguen sin tener llegada a la población norteamericana, que castigó duramente al partido opositor por el shutdown.

 AP 163
AP 163

Su política exterior, con una gran incidencia de su secretario de Estado, John Kerry, también fue motivo de aprobación para la gestión Obama. Gracias a la presión de Occidente, encabezada por los Estados Unidos, el régimen de Bashar Al Assad se comprometió a eliminar todo su arsenal químico; además, la mediación norteamericana también sirvió para encausar el diálogo de paz entre Israel y Palestina.

Tal vez la cuenta pendiente que quedará para 2014 será recomponer la desgastada relación con Israel, luego del acuerdo entablado entre Washington e Irán por el programa nuclear de Teherán.

En la última encuesta realizada por Gallup, Barack Obama se mantiene como el más admirado por su propia población, mientras que Hilary Clinton, potencial candidata a la presidencia en 2016, se ubica segunda debajo del mandatario.

De esta manera, el presidente de los Estados Unidos cierra un año políticamente intenso, con algunos éxitos y otras cuestiones por resolver en 2014. Pero sin lugar a dudas, su mayor logro fue haber afianzado su liderazgo, a pesar de la férrea resistencia republicana.

Guardar