Las proyecciones eran inyectar a las arcas del Central unos 4.000 mil millones de dólares, proveniente de un programa de blanqueo de capitales, que le permitiera dar oxígeno a la autoridad monetaria, que sufre la peor caída de reservas desde 2007. La meta era muy grande en un contexto de falta de confianza con el Gobierno nacional.
A horas del vencimiento de la segunda etapa del programa de exteriorización de divisas -mañana no hay bancos-, el Ejecutivo apenas pudo hacerse hasta el viernes último de u$s607 millones, es decir, el 15 por ciento de lo esperado.
Y precisa que de este total, el 91,4% ?u$s555,3 millones? fueron conseguidos a través de adhesiones a los Certificados de Depósitos de Inversión (Cedin), ideados para reactivar el sector inmobiliario y de la construcción, y el 8,6% - los ?u$s52,2 millones? restantes- fue suscripto en los Bonos Argentinos de Ahorro para el Desarrollo Económico (Baade).
Este lunes, el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, adelantó que el ministro Axel Kicillof está buscando alternativas para extender una vez más el sistema de cedines para blanquear dólares destinados a la construcción. No obstante, se atajó: "Todavía no está el decreto".
La suscripción al blanqueo de capitales abrió el 1 de julio y se fijó el vencimiento original para el 30 de septiembre, aunque la norma dejó en manos exclusivas del Poder Ejecutivo la posibilidad de extender el período de aceptación, lo que fue prorrogado para una segunda etapa.
El 1 de octubre a través de un decreto del Poder Ejecutivo se dispuso entonces una prórroga por tres meses, que caduca este martes, en medio de rumores acerca de que el nuevo equipo económico evalúa extender la medida y aplicar variantes al régimen para hacerlo más atractivo.
Según el decreto, la prórroga se dispuso por "razones operativas y con la finalidad de permitir que una mayor cantidad de sujetos interesados puedan exteriorizar sus tenencias y acogerse a los beneficios dispuestos en la Ley 26.860".
El ingreso de fondos por 4.000 millones de dólares que preveía el Gobierno era similar a lo logrado con el blanqueo de 2009. Ahora, apostaba a captar al menos ese monto mediante los dos títulos se ofrecen para quienes ingresen sus fondos no declarados en el exterior: el CEDIN y el BAADE.
Sin embargo, en la primera etapa de suscripción, el interés fue muchísimo menor a la proyección oficial, e ingresaron un poco más de 340 millones de dólares.
Tras decidir la prórroga, el ex secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, mantuvo reuniones con diversos sectores empresarios para que compren títulos BAADE destinados a inversiones en infraestructura energética.
Esos contactos abarcaron a empresarios petroleros, banqueros, exportadores, de telefonía, de minería y terminales automotrices. En ese contexto, el grupo Bridas se comprometió a invertir unos 500 millones de dólares.
Para dar mayor impulso, el Banco Central emitió una circular que permite el endeudamiento para adquirir estos bonos siempre y cuando el tomador del préstamo conserve los títulos hasta su rescate final.