Xi Jinping llegó el sábado a Qingfeng, un restaurante de la capital china, donde comió bollos de cerdo y cebolla al vapor, verduras e hígado frito, según indicaron los medios oficiales del gigante asiático.
El Presidente pagó él mismo la cuenta de 21 yuanes (casi tres dólares y medio), explicó el periódico Beijing News.
Las imágenes de esta visita circularon rápidamente por Internet provocando comentarios en su mayoría elogiosos de los internautas chinos, en un país donde se acusa con frecuencia a los políticos de estar muy alejados de las preocupaciones de la población.
"Xi es un pragmático que está en contacto con el pueblo. Los chinos tendrían que apoyar esta actitud", escribió un internauta.
Sin embargo otros se mostraron más escépticos, y criticaron una visita que consideran propaganda política. "Pídanle cuando cuesta una libra de bollos al vapor. ¿Creen que lo sabe?", dijo otro internauta.
Los dirigentes políticos chinos no se mezclan casi nunca con la gente, y viven encerrados en el selecto barrio Zhongnanhai de Pekín.
Desde su llegada al poder en marzo, el presidente
lanzó varias campañas para
de los dirigentes de su nación.