El presidente Barack Obama promulgó este jueves un proyecto de ley presupuestal bipartidista que reduce los recortes automáticos al gasto público durante dos años, una solución modesta comparada con el año que termina, caracterizado por intensas disputas entre la Casa Blanca y el Congreso en torno al tema.
Obama firmó ese proyecto de ley y otro para tomar medidas enérgicas contra los ataques sexuales dentro de las fuerzas armadas mientras vacacionaba en Hawaii. El presidente firmó las dos iniciativas y otras más en privado, sin periodistas presentes, después de una sesión de ejercicio por la mañana en un gimnasio en una base de la Infantería de Marina en Oahu, cerca de la casa que rentó para sus vacaciones.
Las promulgaciones fueron uno de los últimos actos oficiales de Obama en un año plagado de problemas en Washington, como el cierre parcial del gobierno, casi un incumplimiento de pagos por parte del Tesoro, un trompicado lanzamiento del nuevo cibersitio gubernamental para contratar seguros de gastos médicos y un estancamiento político casi perpetuo en el Congreso.
El acuerdo presupuestal reducirá los recortes generalizados que ya están programados para implementarse, así que restauró unos u$u63.000 millones durante dos años. Incluye unos u$u85.000 millones en otros ahorros.
El presidente de los Estados Unidos visitó una base de la Infantería de Marina durante sus vacaciones
Aunque ni Obama ni los republicanos del Congreso están contentos con ese acuerdo, al menos puso fin al ciclo de crisis fiscales recurrentes al evitar –por lo pronto– que se produzca otro cierre gubernamental durante casi dos años.
Con todo, este raro momento de sana convivencia puede ser de corta duración. Apenas inicie 2014, se ciernen nuevas luchas sobre el aumento del límite de endeudamiento del país, algo que según el Tesoro debe ser resuelto a finales de febrero o principios de marzo para evitar una cesación de pagos sin precedentes en los Estados Unidos.
Ambas partes están mostrando las posiciones extremas habituales, con los republicanos insistiendo en que quieren concesiones antes de elevar el límite de endeudamiento y Obama insistiendo en que no negociará.
Con los últimos vestigios de la disputa legislativa de 2013 en el pasado, la atención de Obama serán ahora los grandes retos y los posibles puntos brillantes del año próximo. A finales de enero, Obama dará su quinto informe del Estado de la Unión, en el que planteará su temario de trabajo para la recta final antes de las elecciones de medio mandato de 2014, lo que le impedirá atraer la atención de Washington sobre las propias prioridades del mandatario.