El Gobierno de los Estados Unidos condenó los ataques del régimen sirio contra la ciudad de Alepo, que han causado 300 muertos en ocho días, y pidió a Damasco proteger a los civiles.
"Estados Unidos condena los ataques aéreos en marcha por las fuerzas gubernamentales sirias contra los civiles", incluido el uso misiles scud y barriles de explosivos, dijo el vocero de la Casa Blanca, Jay Carney.
"El Gobierno sirio debe respetar sus obligaciones bajo la ley humanitaria internacional para proteger a la población civil", agregó Carney en un comunicado.
El vocero de la Casa Blanca hizo un llamamiento a todas las partes implicadas en el conflicto a "alcanzar un acuerdo global y una solución política".
Los ataques se producen un mes antes de las negociaciones de paz previstas para enero en Ginebra. La oposición ha advertido que si los ataques continúan no participará.
"Del 15 al 22 de diciembre murieron 301 personas, entre los que había 87 niños, 30 mujeres y 30 rebeldes", afirmó el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, cuya sede se encuentra en Gran Bretaña.
Esta ONG afirma que el régimen de Bashar al Assad utiliza en su guerra contra los insurgentes "barriles de explosivos": fabricados en metal y con una capa de cemento en su interior, están llenos de TNT y son lanzados desde helicópteros y aviones militares.
Sin embargo, estos barriles no cuentan con un sistema de guía, por lo que son menos precisos y con ellos "consiguen un máximo de destrucción y de muertos", según el director del OSDH, Rami Abdel Rahman.
Una fuente de seguridad consultada reveló que el ejército sirio realiza ataques aéreos en Alepo porque
argumentando que la alta cantidad de víctimas se debe a que las posiciones rebeldes están
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