"Del 15 al 22 de diciembre murieron 301 personas, entre los que había 87 niños, 30 mujeres y 30 rebeldes", afirmó el OSDH, cuya sede se encuentra en Gran Bretaña.
Esta ONG afirma que el régimen de Bashar al Assad utiliza en su guerra contra los insurgentes "barriles de explosivos": fabricados en metal y con una capa de cemento en su interior, están llenos de TNT y son lanzados desde helicópteros y aviones militares.
Sin embargo estos barriles no cuentan con un sistema de guía, por lo que son menos precisos y con ellos "consiguen un máximo de destrucción y de muertos", según el director del OSDH, Rami Abdel Rahman.
Una fuente de seguridad consultada reveló que el ejército sirio realiza ataques aéreos en Alepo porque
argumentando que la alta cantidad de víctimas se debe a que las posiciones rebeldes están
.
Al menos 56 personas, entre ellas, seis niños, fallecieron el domingo en un nuevo bombardeo aéreo de la aviación siria contra un barrio controlado por los rebeldes en Alepo, en el norte del país.
La Comisión General de la Revolución Siria, una red de activistas, describió "pánico y huidas masivas hacia el campo, a pesar del intenso frío". Esta comisión señaló que dos de las víctimas son trabajadores del sistema de ambulancias que murieron cuando intentaban ayudar a la gente herida.
Al menos 120.000 personas han muerto por la guerra civil en Siria y casi nueve millones han huido de sus hogares desde que comenzó el conflicto, hace dos años y medio. Pese a los intentos de la comunidad internacional para que haya una transición democrática, Al Assad insiste en mantenerse en el poder. Su familia gobierna en Siria desde hace cuatro décadas.