"En Argentina hemos desarrollado un nivel de profundidad y especialización en el abordaje de la trata de personas que prácticamente no encuentra parangón en el mundo", resaltó a Télam Chantal Stevens, titular de la Oficina de Monitoreo de Publicación de Avisos de Oferta de Comercio Sexual (OM) del Ministerio de Justicia.
Desde su creación en julio de 2011, la Oficina de Monitoreo efectuó 113 actuaciones y dispuso 34 sanciones, logrando que el 87 por ciento de los medios gráficos monitoreados cumpla con la normativa vigente, que prohíbe la publicación de oferta sexual.
"No sólo abordamos la persecución del delito de trata y la atención de sus víctimas sino que, en miras a prevenir la explotación sexual de mujeres y niñas, también trabajamos fuertemente en la promoción de un cambio cultural", resaltó Stevens.
La OM entregó este año a la justicia y al Ministerio de Seguridad, 1.666 publicaciones de comercio sexual, que ahora son parte de 64 causas judiciales e investigaciones preliminares por los delitos de explotación sexual y trata de personas, de las cuales 18 están en proceso de resolución.
También, el organismo realizó 79 denuncias en el transcurso de este año, la mayoría presentadas ante la Procuraduría de Trata de Personas y Secuestros Extorsivos "promoviendo de este modo la investigación proactiva de los delitos", resaltó la funcionaria.
Para la especialista, los avisos de comercio sexual "son la máxima expresión de una cultura que presenta a las mujeres como objetos o mercancías, como meros cuerpos sexuados que pueden ser comprados, vendidos o alquilados".
El decreto presidencial 936 firmado en 2011 por la presidente Cristina Kirchner prohibió este tipo de publicaciones, decisión que dio origen a la Oficina que tiene la función de monitorear los avisos y requerir sanciones.
El balance 2012 de la OM indicó que no hubo oferta sexual en 9.699 ejemplares de 87 medios gráficos, pero se encontraron 4.331 en 22 diarios, que motivaron la realización de 33 actuaciones y la imposición de 12 sanciones.
"Algunos de los medios que manifiestan mayor preocupación por la trata de personas son los mismos que luego lucran con su promoción en anuncios clasificados", analizó Stevens.