El papa Francisco pidió hoy a los miembros de la Curia Romana, el Gobierno de la Iglesia católica, que eviten los "cotilleos", pues estos solo dañan la calidad de las personas, del trabajo y el ambiente".
"Os pido ejercer la objeción de conciencia para que nos opongamos a practicar una ley no escrita de nuestros ambientes, que por desgracia es la de los cotilleos", les instó el papa, que desde que comenzó su pontificado ha emprendido una reforma de la Curia, ayudado por una Comisión de ocho cardenales.
Francisco recibió hoy a los miembros de la Curia para la tradicional felicitación de Navidad y la ocasión sirvió al pontífice argentino para recordarles que sus principales características tienen que ser la "profesionalidad y el servicio".
A los miembros de la Curia les puso el ejemplo "del papel de San José, tan callado y tan necesario al lado de la Virgen María".
"Pensemos en él, en su preocupación por su esposa y por el Niño. Esto nos dice mucho sobre nuestro servicio a la Iglesia", agregó.
El papa comenzó su mensaje agradeciendo a todos su "servicio cotidiano: por el celo, la diligencia y la creatividad" y por el "esfuerzo, no siempre fácil, de colaborar en el trabajo, de escucharse y confrontarse, de valorar personalidades y cualidades diferentes en el respeto recíproco".
A los miembros de la Curia les explicó que sus principales características tienen que ser "la profesionalidad, que significa competencia, estudio, y actualización".
Advirtió de que "cuando no hay profesionalidad, lentamente se va resbalando hacia el área de la mediocridad".
El pontífice, ex arzobispo de Buenos Aires, también expresó su admiración por los "monseñores que siguen el modelo de los antiguos curiales, personas ejemplares, que trabajan con competencia, con rigor, con abnegación, desempeñando con esmero sus tareas de cada día".
Y pidió que sean estos modelos los que inspiren a quienes trabajan en la Curia.