Francia: trasplantan el primer corazón artificial autónomo

El dispositivo está compuesto por tejidos biológicos y por componentes espaciales miniaturizados y es capaz de bombear sangre 35 millones de veces al año

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Un corazón artificial autónomo concebido por la empresa francesa Carmat fue implantado el miércoles en un paciente que sufría de insuficiencia cardíaca terminal, por un equipo del hospital Georges Pompidou en París, anunció el viernes la empresa, que calificó esta intervención de primicia mundial.

El corazón está compuesto por tejidos biológicos y por componentes espaciales miniaturizados, y es capaz de funcionar en las severas condiciones del sistema circulatorio humano y de bombear 35 millones de veces al año durante un mínimo de cinco años sin interrupciones.

"Esta primera implantación se desarrolló en forma satisfactoria (...). El paciente se encuentra actualmente bajo vigilancia, despierto y hablando con su familia", afirmó Carmat a través de un comunicado.

     

Las autoridades sanitarias francesas dieron luz verde a esta intervención a finales de septiembre, lo que abre nuevas perspectivas a los pacientes condenados por la escasez de injertos disponibles.

"Celebramos este primer implante, pero sería prematuro extraer conclusiones, ya que se trata de un único implante y de un posoperatorio todavía muy corto", comentó el director general de Carmat, Marcello Conviti, citado en un comunicado.

La empresa, fundada por el cirujano Alain Carpentier, conocido mundialmente por haber inventado las válvulas cardíacas Carpentier-Edwards, quiere paliar la falta de injertos que sufren decenas de miles de personas con insuficiencia cardíaca avanzada.

Su prótesis, con bases científicas sólidas, tiene "una funcionalidad y una duración ejemplares", según Carmat.

"Imita totalmente un corazón humano normal con dos ventrículos"

"Imita totalmente un corazón humano normal con dos ventrículos que movilizan la sangre como lo haría el músculo cardíaco, con sensores que permiten acelerar el corazón, desacelerar, aumentar la cadencia, disminuir la cadencia. El enfermo duerme, disminuye. Sube escaleras, se acelera, por lo que no tiene nada que ver con una bomba mecánica", había explicado en septiembre Philippe Pouletty, el cofundador del grupo.

El paciente implantado, cuya identidad no se hizo pública, padecía una insuficiencia cardíaca terminal, con un pronóstico vital comprometido y sin alternativa terapéutica, según las condiciones que plantearon las autoridades sanitarias francesas.

Carmat asegura que su corazón artificial podría salvar cada año la vida de decenas de miles de pacientes, sin riesgo de rechazo y garantizándoles una calidad de vida sin precedentes.


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