Podría ser una broma de mal gusto: cuando a las 14:20 del martes el Sistema Argentino de Interconexión marcó un nuevo récord de consumo eléctrico, miles de personas estaban afectadas por los cortes de luz. Lanús fue el epicentro de la desgracia: la propia empresa Edesur reconoció que fue la zona más afectada. Y según comprobó Infobae, buena parte del distrito sigue sin energía desde el sábado.
En el supermercado de Rodríguez y Guarracino, en Lanús Este, los cortes de electricidad son una charla obligada. Aunque el dueño dice que tiró "quesos, yogures y helados", un olor fétido recuerda a cada uno de los que ingresa que el local estuvo cinco días sin energía. "Esperamos que vuelva pronto", comenta una vecina después de pagar.
Cuando Infobae prendió su micrófono, los vecinos parecieron competir. "A mí me cortaron desde el sábado", protestó uno. "Yo estuve una semana sin luz", retrucó otro. "Y yo, 14 días", remató un tercero. El caso más grave es el de algunas casas que, dicen, estuvieron 18 días sin electricidad. Hay que ver para creer.
Sucede que en Lanús los vecinos juegan a una lotería que roza la perversidad. Nadie sabe por qué y cada uno ensaya su respuesta, pero lo cierto es que los cortes de luz no siguen una lógica y no todos los padecen. Quizás comparten la medianera, pero no la suerte.
"No podemos dar ni un vaso de agua fresca", se ataja Dino Ferrari, un comerciante de Lanús Este que desde el sábado no tiene dos horas consecutivas de luz. Hasta ayer estuvo atendiendo su local en cuero. Hoy mermó la temperatura, al ritmo que creció su hartazgo. "Ya ni llamamos a Edesur, nos cansamos", admite.
Sin embargo, la presión logró que una cuadrilla de la empresa se acercara ayer a la noche hasta la zona. Al menos fue lo que dijeron los trabajadores de Edesur, según coinciden varios vecinos. Todos cuentan lo mismo: que les confesaron que fueron por los piquetes, que no podían hacer nada y que su trabajo fue sólo "un parche". Por eso la mayoría volvió a perder el suministro a las pocas horas.
El martes, por las redes sociales circulaba una información inverificable que podría haber sido la mecha de un vendaval. "Vecinos de Remedios de Escalada marchan hacia Edesur Lanús. Amenazan con prenderlo fuego", alarmaba.
El augurio no se cumplió, pero hubo piquetes en varios puntos del distrito. Tal el caso de la esquina de Rodríguez y Madariaga, donde los vecinos quemaron troncos y gomas, mientras aplaudían al compás de consignas contra la empresa y los gobiernos nacional y municipal. Todos cayeron en ese mar de críticas y hartazgo.
En su local, Ferrari se las ingenia con una linterna para buscar repuestos de autos a través de unas góndolas tan largas y oscuras que parecen a medida de una película de terror.
No obstante, su buena voluntad no contrarrestó su infortunio. Dice que perdió plata y enumera las trabas de atender a oscuras. "El mayor problema son los precios, porque casi no hay listas en papel y las tarifas se actualizan de manera online. Como no hay computadoras, hay que llamar a las distribuidoras y rezar para que tengan luz y nos digan cuánto vale cada cosa", describe. "La gente viene, pero como la hacemos esperar, pone mala cara y a veces se va", lamenta.
Enfrente de su comercio hay varios locales con las persianas bajas. En uno de ellos funciona la cooperativa de trabajo Malvinas Argentina, en la que hace poco más de un mes emprendieron una "parrilla al paso", como la definen sus vecinos. La electricidad volvió hace un rato y Hugo Sosa trabaja a contrarreloj. "Tengo que aprovechar porque no sé cuándo se vuelve a cortar. Desde hace 8 días estamos así", reprocha.
El tiempo de la entrevista, entonces, se achica. Pero Sosa tiene ganas de hablar y contar su calvario. "Se quemó el aire acondicionado, un freezer, una heladera y una cámara (frigorífica). Además traemos productos regionales del norte, como chivos o corderos, que tuvimos que tirar", especifica. En total, calcula que perdió 150 mil pesos en mercadería. Y reclama "créditos blandos para poder salir adelante".
Como tantas otras víctimas de los cortes, fue a averiguar los precios de los generadores eléctricos. Dice que "necesita trabajar", que "casi 30 personas comen de la cooperativa", que "hay que facturar un mínimo para pagarle a los empleados que están en blanco" y que "no se puede perder ni un día más". Pero lo espantaron las tarifas. "Me pidieron 9 mil pesos por un equipo que cuesta 3.500", desaprueba.
Por la tarde, apenas 15 minutos de lluvia intensa bastaron para que el agua se acumulara en las avenidas y veredas de Lanús. Algunas calles directamente se inundaron. Y los vecinos apelaron a una táctica tan rústica como efectiva, y que a esta altura conocen de memoria: bloquear el acceso para que los autos no "empujen" el agua hacia sus casas... sin luz.
En el aire quedan un par de preguntas. Una: ¿Hasta cuándo? Buena parte de la zona sigue sin energía y nadie sabe si volverá en las próximas horas o días. Dos: ¿Esto es el fin o el comienzo? La respuesta la dará el tiempo. Y lo que marque el termómetro en un verano que se espera más caluroso que de costumbre.