En el bullicioso estadio de Marrakech, el Atlético Mineiro y el Raja Casablanca se disputaron el boleto hacia la final del Mundial de Clubes, donde espera el Bayern Munich. Los brasileños, considerados como los favoritos a quedarse con el duelo, contaron con la presencia de todas sus figuras. Naturalmente, la más destacada fue la de Ronaldinho.
El dominio del elenco de Cuca se reflejaba en todos los sectores del terreno de juego, salvo en el marcador. Durante la primera media hora del choque los sudamericanos insistieron a través de las punzantes intervenciones de Fernandinho, Tardelli y Jó, pero la férrea defensa marroquí conseguía desactivar las acciones más riesgosas.
En tanto, aplicando el recurso del contragolpe, los conducidos por Faouzi Benzarti crearon sus ocasiones para romper la paridad. La enorme tara de Mouhssine Iajour y las proyecciones de Mohsine Moutouali exigieron en más de una oportunidad a Víctor.
En el complemento los esfuerzos locales dieron su fruto. Para sorpresa de todos los pronósticos, el Raja Casablanca abrió la cuenta a través de Mouhssine Iajour. El atacante aprovechó uno de los tantos descuidos defensivos y dejó sin chances al arquero visitante. El 1 a 0 provocó el delirio masivo, ya que el triunfo depositaba a los dueños de casa en el compromiso decisivo frente al campeón de la Champions League.
El duro golpe hizo reaccionar al Atlético Mineiro, pero sus ideas no eran lo necesariamente eficaces para llegar al empate. Sin embargo, Ronaldinho se paró frente a la pelota en un tiro libre, y frotó la lámpara como en sus mejores tiempos. El ex Barcelona marcó un golazo para imponer el 1 a 1 parcial. Los sudamericanos continuaban con vida en el torneo que reúne a los mejoras de todas las confederaciones.
Por su parte, antes de que se cumplan los 90 minutos reglamentarios, y cuando se esperaba un desenlace en tiempo extra, el español Carlos Velasco cometió un error decisivo para el resultado final. El árbitro sancionó una supuesta falta de Réver adentro del área y desde los doce pasos Mohsine Moutouali puso cifras que todavía no serían las definitivas: 2 a 1.
La frutilla del postre llegó con la última jugada del encuentro. Cuando el campeón de la Libertadores buscaba por todos los sectores la igualdad, el Raja Casablanca disfrutaba de los enormes espacios que le brindaba su adversario. En este sentido, Vianney Mabidé anotó el 3 a 1 que depositó al combinado local en la final del torneo.