Costa Rica y Chile son los países con mayor esperanza de vida de América Latina. Los únicos en los que, en promedio, la gente vive más de 79 años, según datos del Banco Mundial.
Los sigue Cuba con 78,9 años, Panamá con 77, Uruguay y México con poco más de 76, Argentina y Ecuador con algo más de 75, y Perú y Venezuela con 74.
La desigualdad es tan grande en países como Brasil que a pesar de ser desde hace muchos años la principal potencia económica de la región, no llega a entrar entre los diez países en los que más se vive. Su esperanza de vida es de 73,3 años, seis menos que Costa Rica y Chile.
Pero en las últimas décadas viene mostrando un importante ascenso, mientras que otros países se estancan. "Las estimaciones de la ONU indican que hacia el 2050 Brasil ya habrá superado la esperanza de vida de Argentina, aunque no alcanzará niveles como los de Chile", dice Oscar Sandino, consultor en Información Estadística del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), en diálogo con Infobae.
¿Pero de qué depende la cantidad de años que vive la gente en un país? Alguno podría pensar que tiene que ver con las características climáticas y medioambientales, o con algún razgo biológico de la población.
Sin embargo, si se ve cómo evolucionó la esperanza de vida en los últimos 50 años hay que descartar esos factores como causas principales, ya que mientras ellos permanecieron más o menos estables, la cantidad de años que se vive se modificó notablemente.
"La esperanza de vida es una variable que tiene relaciones con tantos elementos que es en realidad una medida que habla de un todo. Tiene que ver principalmente con la salud, pero también con la nutrición, con la seguridad, con la educación", explica Sandino.
"Dice cuáles son las condiciones generales de vida de la población -continúa-. Por ejemplo, puede haber países con altos ingresos, pero con problemas de violencia y obesidad. En ellos la esperanza de vida va a ser baja de acuerdo a lo que esos ingresos podían suponer".
Entre 1961 y 2011 Argentina es el país que más puestos cayó. Empezó segundo con un promedio de 65 años y terminó octavo con 75. Chile siguió el camino inverso y es el que más creció: comenzó octavo con 57 años (8 menos que Argentina) y terminó segundo con 79 (4 más que Argentina).
El camino de Uruguay también fue declinante: empezó siendo el país con mayor esperanza de vida, con 68 años, y descendió hasta el sexto lugar, con algo más de 76 años.
En cambio, Costa Rica fue el segundo que más avanzó. Comenzó cuarto con 62 años y subió su promedio de vida 17 años, lo que le permitió alcanzar el primer lugar.
Cuba se mantuvo estable. Si bien en algún momento estuvo en primer lugar, empezó y terminó tercero. Lo mismo Panamá, que comenzó quinto y terminó cuarto.
El caso de Perú es interesante. Al partir de un piso muy bajo de 48 años fue el que mayor cantidad de años sumó (26 años). Pero aún así no pudo superar el décimo puesto.
"Todos los países de la región han ganado años, lo cual es natural teniendo en cuenta los progresos sociales de las últimas décadas. Unos más que otros, han avanzado en la garantía de servicios de salud para todos. Las campañas de vacunación han tenido un efecto muy importante, así como la reducción paulatina de la cantidad de hijos", dice Sandino.
"Un crecimiento de la población más lento está asociado a mejores condiciones de salud: con uno o dos niños por familia es más posible brindarles todo lo que necesitan que si son 5 o 6", agrega.
La importancia de invertir en salud
"El principal factor determinante de la esperanza de vida son las condiciones generales de salud de la población, en términos de acceso y calidad de los servicios sanitarios. No alcanza solamente con cobertura universal, sino que además se necesitan condiciones óptimas, de calidad", explica Sandino.
Una manera de estimar las condiciones de salud en un país es ver la inversión que realizan el sector público y el privado en este rubro.
Si bien la base de datos del Banco Mundial no dispone de información estadística previa a 1995, se puede ver una importante correlación en cómo evolucionan la inversión en salud y la esperanza de vida.
Los tres países con mayor gasto anual per cápita en salud son Uruguay con 1.105 dólares, Chile con 1.075, y Costa Rica con 943. A diferencia de los últimos dos, Uruguay no obtuvo tan buenos resultados.
Una explicación posible es que entre un extremo y otro del período bajo análisis no aumentó significativamente su nivel de inversión. En 1995 eran 943 dólares, de modo que 16 años más tarde el gasto sólo subió un 17 por ciento.
Algo parecido ocurre con Argentina, otro que no obtuvo buenos resultados. En 1995 era el segundo con 615 dólares y en 2011 bajó al cuarto puesto, con 892 dólares, un 45% más.
En cambio, en Chile y Costa Rica hubo un crecimiento sostenido de la inversión en salud. Chile estaba tercero con 331 dólares al comienzo del período, y terminó segundo con 1.075 dólares. El aumento fue del 224 por ciento.
Lo mismo le cabe a Costa Rica, que en 1995 estaba quinto con 220 dólares y en 2011 pasó al tercer lugar con 943. En su caso, el incremento fue del 328 por ciento.
Perú y Ecuador son los dos países que mantuvieron los menores niveles de inversión en salud en el período (por debajo de los 350 dólares) y son también los de menor esperanza de vida.
"El futuro de la esperanza de vida depende de las decisiones que tomen los gobiernos en términos de bienestar social y salud", concluye Sandino.
El crecimiento de la cantidad de años que vive la población es una muestra indiscutible de
. Quizás sería importante
, y empezar a considerarlos por su incidencia sobre variables que realmente modifican la vida de las personas, como cuánto viven.