El Senado de México dio su aprobación general a una histórica reforma energética que busca atraer capital privado a la industria del petróleo y el gas en la mayor revisión del sector desde que fue nacionalizado en 1938.
La reforma está diseñada para atraer a inversores privados para que operen de forma independiente en México o se asocien con la estatal Pemex a través de contratos de servicios, de ganancias y de producción compartida y también licencias.
Después de dar la aprobación general al proyecto de ley justo antes de la medianoche del martes, los senadores ahora deberán votar decenas de reservas presentadas por los opositores al plan.
Es poco probable que alguna de las reservas sea acogida debido al apoyo que hay en el Congreso para la reforma. El gobernante Partido Revolucionario Institucional (PRI) y casi todo el Partido de Acción Nacional (PAN) de centroderecha han cerrados filas detrás de la iniciativa.
Juntos ambos representan más de dos tercios del Congreso.
La aprobación final del Senado se espera más tarde en el día, después de lo cual el proyecto de ley pasará a la Cámara baja.