Ante una gran ovación por parte de los miles de sudafricanos presentes en el estadio Soccer City de Johannesburgo, el presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, fue el primer mandatario en tomar la palabra en el homenaje realizado a Nelson Mandela. "Su lucha fue nuestra lucha. Su triunfo fue su triunfo", resaltó el mandatario.
"Su libertad y su democracia es su gran legado", agregó Obama, quien constantemente fue interrumpido ante las ovaciones del pueblo sudafricano.
Asimismo, el presidente norteamericano destacó a Mandela como "uno de los grandes libertadores del siglo XX", junto a figuras como Mahatma Ghandi y Martin Luther King, entre otros. "Hay que recordar a Mandela como un ícono. Nunca veremos a alguien como él", aseguró.
Obama no sólo se dirigió al mundo, sino también al pueblo sudafricano, a quienes invitó a "seguir el ejemplo" de Madiba. "Busquemos su grandeza y fortaleza de espíritu dentro nuestro", reflexionó el mandatario.
Por su parte, el jefe de Estado pidió que se celebre la vida de un de los grandes personajes del siglo XX. "La muerte de Madiba es momento de duelo, pero también es momento para celebrar su heroica vida", enfatizó.
Además, Obama recalcó: "Nunca veremos a alguien como Mandela". Y concluyó: "Lo extrañaremos profundamente. Que Dios bendiga la memoria de Nelson Mandela y al pueblo de Sudáfrica".
Al presidente norteamericano le siguió la mandataria brasileña Dilma Rousseff. "Traigo el profundo sentimiento de dolor y pesar del pueblo brasileño, y seguramente de todo Sudamérica", inició su discurso la presidente.
En esa línea, Rousseff resaltó la lucha de Madiba, como "uno de los procesos más importantes de la emancipación humana". Asimismo, la mandataria reconoció que el líder sudafricano "inspiró la lucha en Brasil y América del Sur".
"¡Viva Mandela para siempre!", exclamó la presidente de Brasil en el cierre de su exposición.
Además de Obama, otro que recibió una calurosa ovación fue Frederik de Klerk, último presidente blanco, y quien luchó junto a Madiba contra el apartheid (juntos obtuvieron el Premio Nobel de la Paz).
El homenaje a Mandela, que coincide con el Día de los Derechos Humanos, alberga a 95.000 personas, y es la parte central de una semana de duelo en honor del estadista admirado a nivel mundial, quien falleció el jueves a los 95 años.
El homenaje y los oradores
El primero en subir al estrado fue un amigo de Mandela, Andrew Mlangeni, uno de los encausados junto a Madiba en el famoso proceso judicial de Rivonia e histórico de la lucha contra el apartheid.
"Nunca perdió la integridad. Que Dios bendiga su alma", expresó Mlangeni, al dar inicio a los numerosos discursos que se realizarán en memoria del ex presidente.
A él le siguieron el general Thanduxolo Mandela, uno de los ancianos de la familia que intervino en la disputa interna sobre el bochornoso traslado de los cadáveres de los hijos de Mandela para poner orden, y posteriormente sus nietos, Mbuso, Andile, Zozuko y Phumla.
Por su parte, el presidente de la ONU, Ban Ki-moon, aseguró que "Sudáfrica ha perdido a un héroe", y "el mundo un querido mentor y amigo".
"Estaba dispuesto a dar todo por la libertad, la democracia y la igualdad", reconoció el funcionario surcoreano. Y agregó: "Él encendió el mundo".
Tras su discurso, prosiguió el representante de las Unión Africana, Dlamini Zuma, y luego los presidentes del BRIC y allegados.
Mientras que el presidente sudafricano, Jacob Zuma, y el obispo metodista, Ivan Abrahams, cerrarán la ceremonia.