La mejor manera de estimar el grado de igualdad que hay en un país es medir la distancia entre los que más y los que menos tienen. Mientras la igualdad máxima supone que todos tienen exactamente lo mismo, cuanto mayor sea la distancia que separe a un extremo de otro mayor será la desigualdad.
El Informe PISA, que realiza en distintos países del mundo la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) cada tres años, mide las competencias de jóvenes de 15 años en matemática, lectura y ciencia. En cada país, las pruebas se aplican a un grupo aleatorio estudiantes secundarios de todo el territorio nacional.
El dato crucial que da para estimar el grado de igualdad de cada sistema educativo es el resultado que obtienen los percentiles 10 y 90. Mientras que el percentil 10 indica el puntaje máximo obtenido por el 10% de los alumnos de menor rendimiento, el 90 indica el mínimo del 10% que sacó las calificaciones más altas.
Infobae construyó un índice muy sencillo para estimar la relación entre un percentil y otro. Si el índice es 1 significa que el 10% de abajo obtuvo la misma calificación que el 10% de arriba, es decir, que hay igualdad absoluta. En cambio, si el índice es 2 quiere decir que los de arriba duplican en resultado a los de abajo, lo que supone una desigualdad muy importante.
Gráfico 1
El Gráfico 1 muestra que Costa Rica es, entre los países latinoamericanos que tomaron las pruebas PISA, el de mayor igualdad educativa en matemática. En el Informe 2012, la diferencia entre el percentil 90 (que percibió 496 puntos) y el percentil 10 (que obtuvo 323) fue de 1,54.
El país centroamericano es seguido por México con 1,59; y Chile con 1,65. En el extremo opuesto, los que mostraron mayor desigualdad fueron Perú con 1,81; Uruguay con 1,77; y Argentina con 1,67.
Es muy destacable lo de Brasil, que en 2003 era el más desigual de todos con 2,09, y que en en 2012 achicó la brecha a 1,66. Argentina y Perú también lograron disminuir la distancia entre los de arriba y los de abajo entre 2006 y 2012, pero no lo suficiente. En cambio, lo de Uruguay es más preocupante, porque aumentó la distancia entre 2009 y 2012.
Equiparar hacia abajo o hacia arriba
La igualdad no es por sí sola algo deseable. Un país en el que todos tienen muy poco, pero equitativamente distribuido, no puede ser preferible a uno en el que hay mayores diferencias, pero como hay más para repartir los que menos tienen están en mejores condiciones que en el primer caso. Por eso es necesario estimar desde dónde parte la igualdad.
Es interesante lo que surge de la comparación entre Argentina y Chile. En el último país no sólo hay mayor igualdad que en el primero, sino que además esa igualdad parte de más arriba.
Gráfico 2
Como se ve en el Gráfico 2, confeccionado por Infobae a partir de las estadísticas del Informe PISA 2012, en el último año el 10% de abajo obtuvo en Chile 323 puntos, mientras que el 10% de arriba sacó 532.
Esto no le alcanzó para ser el país con mayor igualdad de la región, ya que Costa Rica y México lo superan, pero sí para ser el sistema educativo más exitoso, ya que es donde más alto puntaje percibieron los de abajo. En Costa Rica también obtuvieron 323 puntos y en México fueron 320, pero en estos países el percentil 90 fue 496 y 510 respectivamente, por eso la desigualdad fue menor.
Es decir que Chile se da el lujo de que sus "peores" estudiantes rindan igual o mejor que los de los dos países con más igualdad, pero sus "mejores" alumnos les sacan una diferencia de más de 20 puntos a los mejores de los otros países.
Si se comparan los Gráficos 1 y 2 se puede ver que Argentina disminuyó considerablemente la desigualdad entre 2006 y 20012, pero para ello no sólo mejoró el rendimiento de los de abajo -que pasaron de 249 puntos en 2006 a 292 en 2012-, sino que también empeoró el de los de arriba -que descendieron de 508 a 488-. En el mismo período Chile disminuyó menos la desigualdad, pero lo hizo elevando tanto a los de abajo como a los de arriba.
Las mismas tendencias se replican en las pruebas de lectura y ciencia, cuyos índices se expresan en los Gráficos 3, 4, 5 y 6.
La importancia de las pruebas para combatir la desigualdad
"Si bien hay diferencias de políticas según los estados, Brasil está mejor preparado para entender el desempeño del sistema porque tiene múltiples evaluaciones a lo largo de la escuela. Hay una década de datos de evaluación. Entonces, ellos pueden identificar a qué sectores y escuelas les va bien y a cuales les va mal", explica Alejandro Ganimian, doctorando en Análisis Cuantitativo en Educación por la Universidad de Harvard, en diálogo con Infobae.
Gráfico 3
"Tienen tantas evaluaciones que han creado el IDEB (Índice de Desempeño Educativo). Cada escuela tiene una nota y una meta asignada en el IDEB, que es llegar al seis, que es el desempeño promedio de la OCDE en PISA", agrega.
En Argentina no existe un sistema de evaluación semejante. Lo más parecido son los ONE (Operativo Nacional de Evaluación), que realiza el Ministerio de Educación cada tres años y cuyos resultados se publican varios años después.
Gráfico 4
Además en Argentina está prohibido por ley difundir los resultados de este tipo de pruebas porque se supone que podría estigmatizar a los alumnos que tienen peores resultados. La pregunta es cómo podría ayudarlos hacer de cuenta que esos bajos rendimientos no existen.
"Por eso en Brasil es más fácil que en Argentina saber dónde uno está parado -dice Ganimian-. En Chile pasa lo mismo, el sistema de evaluación se viene haciendo consistentemente desde hace décadas. No sé si más evaluaciones ayudan a mejorar, pero seguro permiten saber dónde estamos parados".
Gráfico 5
A pesar de esta situación, el ministro de Educación argentino, Alberto Sileoni, aseguró que si bien los resultados del Infobrme PISA 2012 no habían sido tan buenos, se había avanzado mucho en términos de inclusión.
"Hay que ver
, que es el mínimo aceptable.
, un 54% en lectura y un 50% en ciencia. Y los requerimiento para llegar a nivel 2 son básicos.
", concluye Ganimian.