Francisco reza por las monjas secuestradas en Siria

El Papa pidió la inmediata liberación de las 12 religiosas en la ciudad de Maalula. Los extremistas amenazan con usarlas como "escudos humanos". Los cristianos siros son blanco de violencia en la zona

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 AFP 163
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Al concluir su audiencia general, el papa Francisco invitó a los fieles reunidos en la Plaza de San Pedro a rezar por las monjas del monasterio greco-ortodoxo de Santa Tecla Maalula, en Siria, que hace dos días fueron llevadas a la fuerza por hombres armados. "Rezamos por estas monjas, estas hermanas, y por todas las personas secuestradas a causa del conflicto en curso. Continuamos rezando y trabajando juntos por la paz", afirmó. Todos los presentes, junto a Francisco, rezaron un Ave María.

Según el diario sirio Al Watan, los rebeldes sirios quieren utilizar a las religiosas secuestradas como "escudos humanos". "Las fuerzas del Ejército sirio comenzaron a llegar a la región de Maalula para restablecer la seguridad, pues cientos de rebeldes sembraron el caos en la ciudad al acceder a través de las montañas y secuestrar a 12 hermanas sirias y libanesas para conducirlas a Yabrud", una localidad al noreste de Maalula, afirmó el diario.

El ataque contra el convento ocurrió luego de una ofensiva lanzada por el Ejército de Al Assad para recuperar el control de la ciudad, antiguo centro cristiano del Cercano Oriente que hasta hace poco estaba ocupado por los rebeldes. El gobierno sirio expresó su pésame al convento y responsabilizó de los hechos a los islamistas radicales que combaten en el bando de la oposición.

El hambre, la pobreza y los ataques islámicos han forzado ya el desplazamiento de casi medio millón de cristianos sirios dentro y fuera del país. Antes del comienzo del conflicto, la comunidad tenía 1,75 millones de personas, alrededor del 7,8% de la población.  Y, como minoría, siempre han apoyado las políticas de la otra minoría del país, los alawitas (la secta del presidente Bashar Al Assad).

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En Siria, el crecimiento de grupos fundamentalistas en los últimos meses ha llevado el conflicto al terreno confesional, con un aumento exponencial de la violencia contra los cristianos. Sufren la profanación de iglesias, ataques a los fieles y el asesinato de curas. Las ciudades más afectadas, además de los alrededores de Damasco, han sido Homs y Alepo.

Temen correr la misma suerte que las comunidades iraquíes de esa confesión que, desde 2003, se convirtieron en blanco de los extremistas islámicos que siguieron golpeando a la minoría cristiana de Irak, mediante atentados, asesinatos y actos de discriminación de todo tipo. El resultado es el éxodo definitivo de varios miles de familias.

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